Vol.25 N°2 de 2024


EDITORIAL

ARTÍCULOS ORIGINALES


INDICE
 
Vol 25. N°2. 2024  |  Abril-Junio de 2024


ARTÍCULOS ORIGINALES

https://doi.org/10.48061/SAN.2024.25.2.81

ESTADO NUTRICIONAL Y DENSIDAD MINERAL ÓSEA DE MUJERES MAYORES DE 20 AÑOS PROCEDENTES DE EL SALVADOR, GUATEMALA Y HONDURAS

NUTRITIONAL STATUS AND BONE MINERAL DENSITY OF WOMEN OVER 20 YEARS OF AGE FROM EL SALVADOR, GUATEMALA AND HONDURAS


Adriana Hernández Santana1, Yezimiel Bustillo Calidonio1, Stephany Lanza Aguilar11


1 Departamento de Agroindustria Alimentaria, Escuela Agrícola Panamericana Zamorano, Honduras

Correspondencia: Adriana Hernández Santana
E-mail: ahernandez@zamorano.edu
Presentado: 14/02/24. Aceptado: 24/04/24




RESUMEN
Introducción: El estado nutricional influye en el riesgo de enfermedades no transmisibles (ENT), como la osteoporosis, una epidemia silenciosa global, cuya prevalencia aumenta con la edad. El presente estudio tuvo como objetivo describir el estado nutricional y la densidad mineral ósea (DMO) de mujeres mayores de 20 años.
Materiales y métodos: Estudio transversal descriptivo con muestra de conveniencia de 77 mujeres provenientes de El Salvador, Guatemala y Honduras, con datos recolectados en 2022-2023. Para evaluar el estado nutricional se utilizó equipo de bioimpedancia eléctrica mBCA514 SECA™ y el Sunlight MiniOmni™ para medir la DMO. Se analizaron los datos con estadística descriptiva, con el programa SPSS versión 29.0.1.0.
Resultados: El promedio de edad fue de 34,8±7,8 años. Según el Índice de Masa Corporal, la prevalencia de sobrepeso (SP) y obesidad (OB) fue de 33,8% y 23,4%, respectivamente. El 31,2% se estimó con un rango elevado de grasa corporal y el 20,8% un rango alto, según el Índice de Masa Grasa. El 39% se estimó con grasa visceral elevada o alta y el 44,2% no presentó riesgo cardiovascular según la circunferencia de cintura. El Índice de Masa Magra y el ángulo de fase se estimó normal en la mayoría de las mujeres. La proporción de DMO alterada fue 5,1%.
Conclusiones: La evaluación de la composición corporal demuestra una alta proporción de SO y OB en las mujeres procedentes de los tres países, confirmando la necesidad de su control fomentando estilos de vida saludables y el mejoramiento de su calidad de vida previniendo las ENT relacionadas.
Palabras clave: composición corporal; estilo de vida; obesidad; osteoporosis; sobrepeso.



ABSTRACT
Introduction: Nutritional status influences the risk of non-communicable diseases (NCDs), such as osteoporosis, a silent global epidemic whose prevalence increases with age. This study aimed to describe the nutritional status and bone mineral density (BMD) of women over 20 years old.
Materials and methods: Descriptive cross-sectional study with a convenience sample of 77 women from El Salvador, Guatemala, and Honduras, with data collected in 2022-2023. To evaluate nutritional status, mBCA514 SECA™ electrical bioimpedance equipment was used and the Sunlight MiniOmni™ was used to measure BMD. The data were analyzed with descriptive statistics, with the SPSS program version 29.0.1.0.
Results: The average age was 34.8±7.8 years. According to the Body Mass Index, the prevalence of overweight (SP) and obesity (OB) was 33.8% and 23.4%, respectively. 31.2% were estimated to have an elevated range of body fat and 20.8% a high range, according to the Fat Mass Index. 39% were estimated to have elevated or high visceral fat and only 44.2% did not present cardiovascular risk according to waist circumference. The Lean Mass Index and phase angle were estimated to be normal in most women. The proportion of altered BMD was 5.1%.
Conclusions: Body composition assessment demonstrates a high proportion of OW/OB in women from all three countries, confirming the need for control by promoting healthy lifestyles and improving their quality of life by preventing related NCDs.
Keywords: body composition; healthy lifestyle; obesity; osteoporosis; overweight.






INTRODUCCIÓN

El estado nutricional se define como el resultado de la ingesta, absorción y utilización de los nutrientes que influyen en las condiciones patológicas y fisiológicas del ser humano1. Este puede ser un factor determinante en el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles (ENT), las cuales son responsables de la muerte de al menos 41 millones de personas en el mundo2. Entre estas destacan la diabetes mellitus, el síndrome metabólico, la enfermedad renal crónica las enfermedades respiratorias crónicas, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares3. La actual epidemia mundial de obesidad, que comienza desde una edad temprana y afecta tanto a los países desarrollados como a los países en desarrollo4, está estrechamente relacionada con las ENT debido a patrones dietéticos inadecuados y a la baja calidad de la dieta, lo que altera el delicado equilibrio metabólico de la composición corporal5.
La evaluación de la composición corporal es un método para conocer el estado nutricional y el riesgo a ENT, ya que brinda información relativa sobre la proporción relativa de músculo, grasa, hueso, agua y otros componentes del cuerpo6. El Índice de Masa Corporal (IMC) es el resultado de la división del peso corporal kilogramos entre el cuadrado de la estatura en metros; sin embargo, es una medida imprecisa de la masa grasa y masa magra. Para superar esta limitación, se evaluó el Índice de Masa Grasa (IMG), Índice de Masa Magra (IMM), grasa visceral, Circunferencia de Cintura (CC) y ángulo de fase1.
El IMG y el IMM son índices que determinan la proporción de masa grasa y masa magra, ajustados por estatura, por lo tanto, permite las comparaciones entre personas con diferentes tamaños corporales6. La grasa visceral y la CC desempeñan un papel vital como biomarcador de enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico y mortalidad7. El ángulo de fase es un indicador que proporciona información sobre la salud celular, donde los valores más altos reflejan una mayor celularidad e integridad de la membrana celular y una mejor función celular8.
Paralelamente, la osteoporosis se perfila silenciosamente como una epidemia del siglo XXI9. Los huesos, con su estructura dinámica, sufren una constante reabsorción y reconstrucción por parte de osteoclastos y osteoblastos. La densidad mineral ósea (DMO), que representa el contenido de minerales como calcio, fósforo, magnesio, sodio y potasio dispuestos como cristales de hidroxiapatita en el hueso10, requiere un delicado equilibrio y regulación entre la resorción y la formación ósea para una adecuada DMO.
La masa ósea crece a lo largo de la infancia, adolescencia y primeras etapas de la vida adulta. El máximo pico de la masa ósea se alcanza alrededor de los 30 años y se mantiene estable durante algunos años. Después de los 40 años, la masa ósea empieza a disminuir de manera progresiva11. En las mujeres, los cambios hormonales posmenopáusicos provocan una mayor pérdida de masa ósea, siendo la disminución cada vez más gradual12 y que puede verse agravada por malos hábitos de estilos de vida13 que favorecen también la obesidad.
En consecuencia, estudiar la composición corporal y la DMO, particularmente en las mujeres, es importante para diseñar estrategias de prevención y control de enfermedades relacionadas con estas. Por esta razón, el presente estudio tuvo como objetivo describir el estado nutricional y la DMO de mujeres mayores de 20 años, en el periodo de octubre del 2022 a junio del 2023.


MÉTODOS

Diseño de estudio y participantes
Se realizó un estudio transversal descriptivo. La muestra fue por conveniencia, de 77 mujeres mayores de 20 años, provenientes de El Salvador, Guatemala y Honduras, con datos recolectados en el periodo de octubre-diciembre del 2022 y mayo-junio del 2023 en el laboratorio de nutrición humana de la Escuela Agrícola Panamericana Zamorano (EAPZ), ubicada en Francisco Morazán, Honduras.
Los criterios de inclusión fueron: mujeres mayores de 20 años, sin ninguna enfermedad que les limitara su participación (no poder estar de pie por sí solas, tener alguna afección en la piel que impida realizar el ultrasonido en el brazo, presentar síntomas de Covid-19), que hayan brindado su consentimiento informado (CI). Los criterios de exclusión fueron: mujeres en etapa de gestación o lactancia, que padecieran una enfermedad que les limitara su participación, haber sido ya diagnosticadas con osteoporosis y estar en tratamiento, así como aquellas que no brindaran su CI.

Procedimientos
Para determinar el estado nutricional se utilizó un estadiómetro SECA™ 264 para la estatura (m), una cinta métrica SECA™ para la circunferencia de cintura (cm), el medidor por bioimpedancia eléctrica Medical Body Composition Analyzer (mBCA) 514 SECA™ para la composición corporal, considerando por su relevancia en este estudio los datos del peso (kg), talla (m), circunferencia de cintura (CC) (cm), Índice de Masa Corporal (IMC) (kg/m²), Índice de Masa Grasa (IMG) (kg/m²), Índice de Masa Magra (IMM) (kg/m²), grasa visceral (l) y el ángulo de fase (φ).
La técnica empleada para la medición de circunferencia de cintura se basó en solicitar a la participante juntar sus pies y cruzar los brazos a la altura del brazo y tomar la medida rodeando la cintura en el punto medio entre la parte alta del hueso de la cadera y la última costilla. Para la evaluación de la composición corporal, se ingresó al software los datos de edad, sexo, origen y fecha de nacimiento. Se tomó la estatura con el estadiómetro SECA™ 264, el cual tiene conexión Wifi con el equipo, indicándole a la participante retirar sus zapatos, medias y sin coleta, talones apoyados sobre la varilla metálica y la mirada hacia el frente a 90 grados. Este dato se envió al equipo mBCA 514 SECA™. Posteriormente, se solicitó a la participante colocar sus pies y manos sobre los sensores del equipo, y se procedió a realizar el análisis de bioimpedancia que demora 17 segundos, sin moverse y respirando normal. Los resultados del resto de los parámetros aparecen de inmediato.
El mBCA 514 SECA™ determina los puntos de corte del IMG, IMM, grasa visceral y ángulo de fase por medio de fórmulas de predicción y valores de referencia propios considerando factores individuales como el peso, la estatura, la etnia, la edad y el sexo14.
Se consideró bajo peso en aquellas mujeres con un IMC ˂18,5 kg/m 2, el sobrepeso (SP) se definió como un IMC de 25–29,9 kg/m 2 y la obesidad (OB) como un IMC ≥30 k/m 2, según lo establecido por Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés)15. El riesgo cardiovascular se determinó mediante el uso de la CC, definida en mujeres como riesgo elevado entre 80-88 cm y riesgo muy elevado ≥88 cm mujeres16. Las medidas fueron tomadas por una licenciada en nutrición previamente entrenada.
Para la evaluación de la DMO, se empleó el sonómetro óseo Sunlight MiniOmni™, un dispositivo no invasivo basado en tecnología patentada de ultrasonidos cuantitativos, ampliamente probada en miles de instalaciones de Sunlight Omnisense en todo el mundo. La medición se llevó a cabo en el tercio distal del hueso radial del brazo no dominante, generalmente el izquierdo, y para localizar el punto exacto, se consideró el punto medio entre el codo y el extremo del dedo medio o cordial. Los resultados se expresaron siguiendo los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS)17.
Dado que no se contaba con información sobre el estado menopáusico de las mujeres, se utilizó el Z-score, que compara la DMO con personas del mismo sexo y edad de una población similar, para definir la DMO baja en niños, mujeres premenopáusicas y hombres menores de 50 años, en las mujeres menores de 45 años (˂ 45 años). Según la puntuación Z entre -1 y -2,5 indica una DMO baja, y una puntuación Z <-2,5 suele ser indicativa de osteoporosis. Se aplicó el T-score, que representa la diferencia en la DMO de la participante respecto a un adulto joven sano, utilizado en personas con un riesgo de alteración en la DMO en mujeres mayores o iguales de 45 años (≥ 45 años). Con base en la puntuación T, se considera dentro de 1 DE (Desviación Estándar), osteopenia (OPE) entre 1 y 2,5 DE y osteoporosis (OP) ≤ 2,5 DE17.

Análisis de la información
La base de datos se creó utilizando Excel y se sometió a un análisis en el programa "Statistical Package for Social Sciences" (SPSS) versión 29.0.1.0. Se llevaron a cabo análisis descriptivos para caracterizar la población evaluada. Las variables numéricas se presentaron en formato de media ± desviación estándar (DE), mientras que las variables nominales se expresaron mediante porcentajes y frecuencias.

Aspectos éticos
La participación en el estudio fue completamente voluntaria, permitiendo a las participantes retirarse en cualquier momento según su preferencia. Todas las participantes recibieron información detallada a través de un CI, donde se explicó el propósito del estudio y se les dio la opción de aceptar o declinar su participación. Con el fin de garantizar la confidencialidad de los datos recopilados, a cada participante se le asignó un código único, asegurando que solo los responsables de la investigación conocieran su identidad, por lo que la base de datos no contenía nombres sino códigos.


RESULTADOS

Las 77 participantes procedían de tres países centroamericanos; El Salvador 26,0% (n=20), Guatemala 33,8% (n=26) y de Honduras el 40,3% (n=31). 71 mujeres fueron menores de 45 años y 6 fueron mayores de 45 años. El promedio de edad ± DE fue de 34,8±7,8 años. La estatura promedio ± DE fue de 1,6±0,06 m y el peso promedio ± DE de 66,3±13,2 kg. Tabla Nº1.


Tabla 1: Edad y características antropométricas de las mujeres estudiadas según su país de origen.
 
 
DE: Desviación Estándar.



Composición corporal
En el total de la muestra la media del IMC se estimó en 26,65±5,23 kg/m2, el 39% (n=30) presentaba un peso normal, mientras que el 33,8% (n=26) y el 23,4% (n=18) se encontraban en SP y OB, respectivamente. Al analizar el IMG, se puede observar la procedencia del exceso de peso, ya que el 31,2% (n=24) se estimó en un rango elevado de grasa y un 20,8% (n=16) en alto, la media fue del (10,16±3,81). Tabla Nº2.


Tabla 2: Análisis descriptivo de las medidas de composición corporal en las mujeres según su país de procedencia.
 
 
DE: Desviación Estándar
IMC: Índice de Masa Corporal (kg/m²)
IMG: Índice de Masa Grasa (kg/m²)
IMM: Índice de Masa Magra
CC: circunferencia de cintura (cm)



Aunque igual se encontraron mujeres en niveles elevados (22,1%, n=17) y altos (16,9%, n=13) en relación con la grasa visceral, el 61% (n=47) de las mujeres presentaban una grasa visceral dentro de la normalidad. Al analizar el riesgo cardiovascular, según la CC, solo el 44,2% (n=34) de las mujeres no presentaban riesgo, el resto se encontraron en rangos de elevado y muy elevado. El ángulo de fase se encontró normal en el 81,8% (n=63) del total de las mujeres evaluadas, 10,4% (n=8) fue elevado y el 7,8% (n=6) bajo. Tabla Nº3.


Tabla 3: Análisis del estado nutricional en las mujeres en estudio.
 
 
DE: Desviación Estándar
IMC: Índice de Masa Corporal (kg/m²)
IMG: Índice de Masa Grasa (kg/m²)
IMM: Índice de Masa Magra



Densidad mineral ósea
En relación con la medida de DMO, según la puntuación Z, considerada en las mujeres menores de 45 años (n=71), ninguna presentó una DMO baja. En cambio, en aquellas mayores de 45 años (n=6), según la puntuación T, la osteopenia afectaba a tres (50%) de estas mujeres. Una (16,6%) mujer se consideró con osteoporosis, las otras dos se estimaron dentro de lo normal.


DISCUSIÓN

Centroamérica está atravesando rápidas transiciones nutricionales y epidemiológicas18. En el presente estudio se reportan hallazgos importantes respecto del estado nutricional de mujeres, quienes suelen ser más susceptibles a comportamientos no saludables y presentan factores relacionados al ciclo reproductivo femenino que aumentan su vulnerabilidad especialmente durante la perimenopausia y menopausia. Los datos de la mayoría de las investigaciones identificadas en Honduras, Guatemala y El Salvador se centran en el análisis del estado nutricional utilizando el IMC. No obstante, es importante tener en cuenta que el IMC puede no ser un indicador preciso de los cambios en la composición corporal, especialmente en lo que respecta a la grasa corporal19.
Un estudio realizado en mujeres en edad reproductiva demuestra que las mujeres presentan una mayor vulnerabilidad en comparación con los hombres de verse afectadas por obesidad o sobrepeso en América Latina20. En estudios realizados en mujeres de los tres países mencionados, así como en el presente estudio, se han encontrado prevalencias elevadas de SO y OB. En Honduras, para el año 2019, se registraron prevalencias del 31% y 30% de SO y OB, respectivamente21. En Guatemala, los datos de 2015 mostraron una prevalencia del 45,6% para el SO y del 14,6% para la OB22. Por otro lado, en El Salvador, en el mismo año, se estimó una prevalencia del 33,2% para el SO y del 36,6% para la OB23.
Esta tendencia hacia el sobrepeso y la obesidad se observa de manera generalizada en América Latina y el Caribe24. Un estudio realizado en siete países (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, Uruguay y Venezuela) reveló que en cinco de ellos la obesidad es más prevalente en mujeres que en hombres, siendo México (28,1%) y Chile (27,8%) los países los que presentan las tasas más altas25. En 2020, se publicó un estudio comparativo entre países centroamericanos que destacó la creciente prevalencia de SO en la niñez. Se estimó que el 22% de las niñas salvadoreñas, el 40,1% de las guatemaltecas y el 10,8% de las niñas hondureñas estaban afectadas por el sobrepeso. Este estudio confirma la magnitud y la tendencia de este problema en la región desde edades tempranas, subrayando la necesidad de priorizar acciones y estrategias tanto a nivel nacional como regional26.
La inclusión de mediciones como el porcentaje de grasa corporal y la grasa visceral en estudios en Centroamérica podría complementar la evaluación proporcionada por el IMC permitiendo una estimación más precisa de la obesidad y del riesgo de enfermedades relacionadas una vez que se desarrollen rangos clínicamente significativos. En un estudio llevado a cabo en empleados de dos instituciones académicas de Honduras en 2019, se estimó que las mujeres tenían un promedio de grasa visceral de 2,40 ± 0,79 para la población 1 (n=30, edad promedio de 45,46±8,78) y de 1,95 ± 0,98 para la población 2 (n=11, edad promedio de 42,23±11,01)27. Este último grupo de mujeres exhibió un promedio similar al encontrado en el presente estudio, en el que el promedio de grasa visceral fue de 1,96 ± 0,79. Estos resultados se relacionan con un estilo de vida inadecuado; según estudios, actualmente se vive una transición alimentaria relacionada con un mayor consumo de alimentos con grasas saturadas, sal y azúcares, y con un bajo consumo de frutas, verduras, fibra y ácidos grasos omega-3. Además, se están adoptando estilos de vida sedentarios, mayor uso del tabaco y consumo de alcohol de manera desmedida3.
La información sobre la situación de la osteoporosis en Latinoamérica es limitada y sigue siendo una enfermedad infradiagnosticada y subtratada. Por lo tanto, no existen suficientes estudios publicados para comparar la situación identificada en países de la región centroamericana28. En este estudio, se consideró la puntuación T para el diagnóstico en personas mayores de 45 años, ya que, aunque no se conocía el estado menopáusico de las participantes, diversos estudios han demostrado que la osteoporosis afecta a una de cada cinco mujeres mayores de 45 años29. En Guatemala, se llevó a cabo un estudio en dos hospitales del país donde se estimó una mayor prevalencia de fracturas de cadera en mujeres, con al menos 3.3 mujeres por cada hombre30. En Costa Rica, en 2022, se evaluaron 923 mujeres de 45 a 80 años, y según la puntuación T, se estimó que el 47% de ellas tenían osteopenia31.
En un estudio de 2004 con mujeres salvadoreñas, la mayoría consumían el 60 % o menos de la dietética de referencia de calcio y dependían de los ingresos del hogar, experimentaban intolerancia a la lactosa y sustituían la leche por el consumo de café32. En Honduras, en 2022, se realizó un estudio en 49 empleados de una institución, que estimó una prevalencia de densidad mineral ósea (DMO) no normal del 28%, con un 26% de casos de osteopenia y un 2% de osteoporosis. Esta prevalencia fue mayor en mujeres en el rango de edad de 40 a 49 años, con baja actividad física, sobrepeso u obesidad e ingesta insuficiente de calcio, vitamina D, fósforo y cafeína33.
La OB es un factor de riesgo claro para las ENT que van en aumento y sobre las cuales un estilo de vida saludable es clave para la prevención, retardo en el desarrollo y evolución34, por esto se recomienda establecer estrategias que promuevan estilos de vida saludables, que incluyan una alimentación variada que garantice el aporte necesario de nutrientes, con ingesta adecuada de proteínas, legumbres, frutos secos, pescado, mariscos, verduras y hortalizas, así como establecer el hábito de ejercicio físico, evitar el consumo de tabaco y alcohol y la adecuada exposición solar35, hábitos que, además, contribuyen a la prevención y control de la osteoporosis11.
Nuestro estudio cuenta con ciertas limitaciones, como lo es el número pequeño y no representativo de participantes por país. Adicionalmente, es una limitante la falta de información sobre el origen étnico, nivel socioeconómico y nivel educativo de las participantes, cuyas variables podrían influir en los resultados. En cuanto a la DMO, se recomienda para siguientes estudios considerar recopilar información sobre fracturas previas, antecedentes familiares de osteoporosis y el estado menopáusico de la mujer, incluyendo el consumo de suplementos de vitamina D y calcio, paridad y terapia de sustitución hormonal. A pesar de ello, los resultados presentados evidencian el problema de la malnutrición por exceso y la necesidad de más estudios y estrategias enfocadas en la prevención y calidad de vida de las personas, en este caso las mujeres.


CONCLUSIONES

La evaluación de la composición corporal revela una alta proporción de sobrepeso en mujeres, con evidencia sustentada por el IMC, la grasa corporal y el riesgo cardiovascular elevado, indicado por la grasa visceral y la circunferencia de cintura (CC). Estos hallazgos subrayan la importancia de controlar el SO para mejorar la calidad de vida de las mujeres y prevenir ENT. Los casos de DMO baja se observaron en las mujeres mayores de 45 años, lo que refiere promover la prevención y diagnóstico particularmente en este grupo.


Financiamiento
Esta investigación no recibió financiamiento.

Agradecimientos
A todas las participantes del estudio por permitirnos explorar su situación nutricional y salud ósea para proponer opciones de estudios que contribuyan a su bienestar. Al Institute of Technology for Health Care (ITHC), por su valioso apoyo en la conclusión del presente estudio.

Conflictos de interés
Las autoras declaran no tener ningún conflicto de interés.


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