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Vol 25. N°2. 2024 | Abril-Junio de 2024 |
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ARTÍCULOS ORIGINALES
https://doi.org/10.48061/SAN.2024.25.2.89
RELACIÓN ENTRE INGESTA ALIMENTICIA Y ESTRÉS ACADÉMICO, REACCIONES FISICAS, PSICOLÓGICAS Y COMPORTAMENTALES EN ESTUDIANTES DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIHUAHUA, MÉXICO
RELATIONSHIP BETWEEN FOOD INTAKE AND ACADEMIC STRESS, PHYSICAL, PSYCHOLOGICAL AND BEHAVIORAL REACTIONS IN STUDENTS OF THE AUTONOMOUS UNIVERSITY OF CHIHUAHUA, MÉXICO
Martha I. González Castro2, Diana Y. Mendoza Martínez2, Gabriel F. Barrio-Echavarría2, Francisco Rivas García1
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Unidad Municipal de Salud y Consumo. Excmo. Ayuntamiento de Guadix. Plaza Constitución 1. 18500 Guadix, Granada, España |
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Facultad de Enfermería y Nutriología, Universidad Autónoma de Chihuahua, Circuito Universitario, Campus universitario 2, Chihuahua Chih. 31115, México |
Correspondencia: Martha I. Gonzále Castro
E-mail: mgonzalezc@uach.mx
Presentado: 25/11/23. Aceptado: 13/05/24
RESUMEN
El estrés académico puede presentarse en estudiantes sometidos a diversas exigencias y requisitos universitarios, provocando diferentes reacciones de estrés, físicas, psicológicas y comportamentales, reduciendo su calidad de vida y provocando consecuencias como: depresión, tristeza, fatiga y dolores de cabeza, afectando su estado nutricional. Se investigó la relación entre ingesta de alimentos y estrés académico en estudiantes del cuarto semestre de la Licenciatura en Medicina de la Universidad Autónoma de Chihuahua. La población de estudio, dado el carácter piloto de la investigación, se realizó mediante muestreo simple, aleatorio, sin reemplazo, con un diseño mixto, descriptivo, comparativo y transversal, utilizándose el cálculo del tamaño muestral con un intervalo de confianza de 95%, resultando N=117; 51 hombres y 66 mujeres entre 19 y 43 años de la generación 2019, a quienes se les aplicó el inventario SISCO de estrés académico. Se encontró mayor frecuencia en situaciones que provocan preocupación y nerviosismo, sobrecarga de tareas y trabajo, inquietud, problemas de concentración, fatiga crónica y apatía. Las estrategias más utilizadas fueron: desarrollo de planes y ejecución de tareas y capacidad asertiva. El 92.2% (n=108) de la población encuestada manifestó preocupación y nerviosismo, resultando 52,1% (n=61) en mujeres y 40.1% (n=47) en hombres. El 38.5% (n=45) de las mujeres entre 21 y 43 años, muestran una mayor relación entre aumentar o reducir el consumo de alimentos en correspondencia con sentimientos de depresión y tristeza. El estrés académico, suele estar relacionado con diferentes manifestaciones psicológicas, físicas y conductuales, que pueden influir directamente en la población estudiantil, afectando gravemente sus hábitos alimenticios y nutricionales.
Palabras clave: estrés académico; ingesta alimenticia; estudiantes universitarios.
ABSTRACT
Academic stress can occur in students subjected to various university demands and requirements, causing different, causing different physical, psychological and behavioral reactions. Reducing quality of life and causing consequences such as: depression, sadness, fatigue and headaches, affecting their nutritional status. The relationship between food intake and academic stress was investigated in students in the fourth semester of the Bachelor of Medicine at the Autonomous University of Chihuahua. The study population, given the pilot nature of the research, was carried out through simple, random sampling, without replacement, with a mixed, descriptive, comparative and transversal design, using the sample size calculation with a 95% confidence interval resulting in N=117; 51 men and 66 women between the ages of 19 and 43, from the 2019 generation, to whom the SISCO inventory of academic stress was applied. A greater frequency was found in situations that cause worry and nervousness, overload of tasks and work, restlessness, concentration problems, chronic fatigue and listlessness. The most used strategies were plan development and execution of tasks and assertive ability. 92.2% (n=108) of the surveyed population expressed concern and nervousness, in 52.1% (n=61) women and 40.1% (n=47) men. The 38.5% (n=45) of women between 21 and 43 years old show a greater relationship between increasing or reducing food consumption in correspondence with feelings of depression and sadness. Academic stress is usually related to different psychological, physical and behavioral manifestations, which can directly influence the student population, seriously affecting their eating and nutritional habits.
Keywords: academic stress; food intake; university students.
INTRODUCCIÓN
El estilo de vida de los jóvenes al iniciar la etapa universitaria, se va modificando de manera drástica, afectando principalmente a los hábitos alimenticios, incrementando el consumo de comida rápida, bebidas azucaradas y disminuyendo la ingesta de frutas y verduras, estos cambios se deben en gran parte a la carga académica, actividades escolares, estrés, falta de tiempo y disponibilidad y acceso a los alimentos en las escuelas, que pueden generar alteraciones en su estado nutricional, ocasionando enfermedades como: depresión, estrés, obesidad, diabetes y algunos tipos de cáncer, que consiguen repercutir en la edad adulta1.
Se cree que existe una relación entre la presión académica y el estado nutricional en los alumnos de cuarto semestre de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Se supone que, en las fases de carga académica alta, los alumnos tienden a cambiar sus dietas y aumentan o disminuyen el consumo de alimentos. Los estudiantes con altos niveles de estrés muestran un aumento de conductas dietéticas poco saludables, como el consumo de comida preparada, sin considerar que su ingesta no aporta ningún valor nutricional. Como lo muestra un estudio realizado por Choi (2020) en 393 estudiantes, incluidos 176 hombres (45.2%) y 213 mujeres (54.8%), de un campus universitario en Korea, donde los comportamientos dietéticos fueron significativamente diferentes entre los estudiantes con estrés percibido bajo y alto2. Se busca determinar la relación que puede existir entre el aumento o reducción del consumo de alimentos y la presencia de reacciones de orden físico psicológico y comportamental, asociadas a la presencia de estrés académico en estudiantes universitarios, mediante la aplicación del cuestionario SISCO, para valorar el nivel de estrés académico de los estudiantes de educación media superior, superior y postgrado.
Existen síntomas causados por el estrés, como dolores de cabeza, mareos, problemas digestivos, agotamiento, alteraciones del sueño y cansancio emocional. Es importante resaltar que no solo es capaz de afectar la salud del estudiante, sino sus estilos de vida, llevándolos al deterioro en los hábitos alimenticios, aumento del consumo de alcohol, tabaco o café, así como, al sedentarismo y descuido de la imagen corporal, también, afecta en el aumento de la frecuencia cardíaca y la tensión arterial, así como, la dificultad para concentrarse. Sin embargo, vale la pena aclarar que las más frecuentes son los dolores de espalda y las molestias gastrointestinales3.
En este contexto, se realizó una investigación en el año 2017 en Coquimbo-Chile, sobre hábitos alimenticios en universitarios de diversas licenciaturas, pertenecientes a varias facultades de la Universidad Católica del Norte, efectuado mediante encuestas y mediciones del índice de masa corporal (IMC), en 173 estudiantes, donde se puso de manifiesto un alto nivel de vulnerabilidad por sensibilidad a la recompensa (SAR), que se relacionó con un comportamiento de sobrealimentación o tendencia a los atracones de comida, así como, mayores niveles de preferencias por alimentos grasos y dulces, estos constructos resultaron ser determinantes de un elevado IMC, además, de un rendimiento académico más bajo4.
En un estudio efectuado en el año 2019, en el que se empleó el Inventario SISCO del Estrés Académico en una muestra de 163 estudiantes universitarios, que se encontraban cursando de manera regular primero, cuarto y quinto año de licenciatura en la ciudad de Paraná, Argentina, cuyas edades, oscilaban entre los 17 y los 38 años, se concluyó que, el estrés presenta respuestas de estados de ansiedad, consumo de tabaco, cafeína o fármacos, alteraciones del sueño e ingesta de alimentos5.
Asimismo, en un trabajo de investigación (n=60), que fue realizado en 2018 por D. Sandoval y C. Paz, donde se relacionaron el estrés académico con los hábitos alimentarios, en alumnos de primer y segundo semestre de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad del Desarrollo de Concepción, Chile, efectuado mediante una encuesta en aula sobre situaciones y manifestaciones de tensión y frecuencias de consumo de alimentos en período de estudio. Los resultados señalaron que existe una mayor sintomatología de estrés en el período de alta carga académica y en cuanto a los hábitos alimentarios, se observó un aumento de consumo de pizza y sushi. Además, las frutas mostraron una mayor ingesta en períodos con una carga académica más baja6.
Por otro lado, se efectuó un trabajo de tesis donde se relacionó el estrés académico y el consumo de alimentos ultra procesados en estudiantes de Nutrición y Dietética de la Universidad del Norte en Lima, Perú, en tiempo de pandemia COVID-19. La metodología, partió de un planteamiento cuantitativo, diseño no experimental, descriptivo-correlacional y de corte transversal. La población estuvo conformada por 328 estudiantes de los diez ciclos académicos. Se aplicaron dos instrumentos validados: el Inventario de Estrés académico SISCO SV-19 adaptado por Valverde (2022) al contexto de la crisis COVID-19 y el cuestionario de alimentos ultra procesados, propuesto por Velásquez (2020). Concluyéndose que existe una relación directa entre el estrés académico y el consumo de alimentos ultra procesados en los estudiantes de Nutrición y Dietética de esta institución 7.
Asimismo, en el año 2020 se llevó a cabo un análisis aplicado a través de tres cuestionarios validados en el Índice de Alimentación Saludable (IAS), la escala breve de Depresión, Ansiedad y Estrés (DASS-21) y el Índice de Severidad del Insomnio. Efectuándose en estudiantes de diferentes titulaciones del campus de la Universidad San Jorge en Zaragoza (España), en el cual se examinó un tamaño muestral de 1055 universitarios. Todo ello, mostró la relación entre consumo de alimentos chatarra con la presencia de depresión, ansiedad y estrés. El consumo excesivo de dulces y bajo de lácteos, se asociaron a una mayor prevalencia de alteraciones psicológicas y del sueño8.
Comprender qué influye en las personas para comer más allá de sus necesidades homeostáticas, bajo estrés, predisponiéndolos a un aumento de peso o dificultad para perderlo, es importante para mejorar y controlar la obesidad9. Se sugiere resaltar el adecuado manejo del estrés académico y los hábitos alimentarios equilibrados, para el logro de un buen desempeño escolar en estudiantes universitarios, por lo que, el objetivo de esta investigación fue determinar la relación entre ingesta de alimentos, estrés académico, reacciones físicas, psicológicas y comportamentales en estudiantes del cuarto semestre de la Licenciatura en Medicina de la Universidad Autónoma de Chihuahua, teniendo como finalidad realizar recomendaciones y tomar acciones preventivas, educativas y de intervención y de este modo, poder evitar niveles altos de estrés académico, reacciones físicas, psicológicas y comportamentales y a su vez informar sobre la importancia de desarrollar unos hábitos alimentarios correctos en esta población.
MATERIAL Y MÉTODOS
1. Población y muestra.
Se realizó una investigación de alcance descriptiva y de corte transversal utilizando como población de estudio los seis grupos de estudiantes del cuarto semestre de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Participaron en el estudio alumnos de ambos sexos y edades entre los 19 y 43 años. La elección de los participantes, dado el carácter piloto de este estudio, se realizó mediante un muestreo aleatorio simple y sin reemplazo. La determinación del tamaño muestral se hizo a partir de los datos proporcionados por los jefes de grupo de la generación 2019, teniendo como objetivo lograr una precisión aceptable en la estimación de los niveles de estrés en relación con la ingesta de alimentos.
Se consideró interesante dividir en grupos de edades la muestra analizada, debido a que generalmente existe una población aunque reducida de alumnos de la licenciatura en medicina, que por alguna razón, ya sea que se dieron de baja y volvieron a cursar la carrera o que se quedaron atrás por diferentes circunstancias personales, como matrimonio o necesidad de trabajar, por tanto, este colectivo presenta mayores condiciones de estrés académico, reacciones físicas, psicológicas y comportamentales más alarmantes, siendo esta una de las razones por la cual se consideró aplicarse de esta manera, además de que, los resultados obtenidos pudieron confirmar esta teoría.
Se utilizó una ecuación, para determinar el grado de credibilidad que concederemos a los resultados obtenidos mediante la fórmula que orienta sobre el cálculo del tamaño de muestra significativa para datos globales: https://www.questionpro.com/es/calculadora-de-muestra.html
Donde:
Z= Nivel de confianza 95% (1.96)
c = Margen de error 5%
N = 166
n= total de encuestados 117
Así, de los 166 estudiantes que integran la totalidad de la población, se encuestaron 117 con base en los resultados obtenidos. Los cuales se distribuyeron por salones, siendo el grupo número cinco el más representativo. La participación general fue del 100% (n=117) resultando el género femenino por poco el de mayor porcentaje con un 56,5% (n=66) del total de la muestra analizada.
2. Inventario SISCO
Publicado en el 2007 por Barraza Macías, para medir el nivel de estrés académico de los estudiantes de educación media superior, superior y postgrado. Constituido por 31 ítems, sobre: la identificación del nivel de intensidad de estrés académico y la frecuencia en que las demandas del entorno son valoradas como estímulos estresores, el uso de las estrategias de afrontamientos, niveles de estrés y nerviosismo, reacciones físicas, psicológicas y comportamientos cuando hay preocupación y nerviosismo, aunado a la aplicación de estrategias para enfrentar estas situaciones. Evaluados mediante una escala tipo Likert con cinco valores categoriales, que son: nunca, rara vez, algunas veces, casi siempre y siempre10. (Anexo I)
3. Calendario
La fase de diseño y planificación se efectuó durante los meses de agosto hasta diciembre del 2020. El trabajo de campo se ejecutó durante los meses de enero hasta mayo del año 2021.
4. Investigación de campo
Debido a que este estudio se realizó durante la contingencia de Covid-19, los universitarios estuvieron sometidos al aprendizaje en línea, para abordar a la población de estudio se contactó con cada jefe de grupo, otorgándole el cuestionario para su aplicación mediante los Formularios Google, para que fuese compartido y contestado vía internet en el periodo académico comprendido entre los meses de enero y mayo del año 2021. En esta investigación no se consideró necesario la petición del consentimiento informado, ya que, estando en condiciones de pandemia Covid-19, no se tomaron para efecto de la investigación, ningunos datos personales (nombre, dirección o número telefónico) en nadie de los encuetados a los que se les aplicó el inventario SISCO, ya que, se sabe que no es necesario el consentimiento informado: cuando su aplicación no supone un riesgo para la salud pública, como en este caso.
5. Análisis de datos
Toda la información recogida fue debidamente codificada y procesada para su posterior tratamiento estadístico. Se utilizó la aplicación de Formularios Google vía internet, insistiendo en la veracidad y honestidad de la información brindada por los participantes. Se generaron bases de datos utilizando el programa Microsoft Office Excel 2010, mismo programa que se utilizó para el análisis estadístico descriptiva (cálculo de media, desviación estándar, porcentajes), así como la prueba estadística de correlación de Pearson.
RESULTADOS
El 92.3% (n=108) de la población encuestada demostró preocupación y nerviosismo, presentándose el 52.1% (n=66) en mujeres y el 40.1% (n=51) en hombres, solo el 7.8% (n=9) restante no manifiesta ninguno de estos síntomas.
En la tabla 1, se muestran los resultados obtenidos en el inventario SISCO aplicado a los estudiantes de 4to. Semestre de la Licenciatura en Medicina de la UACH. Los ítems presentados son los que se encontraron con mayor frecuencia en las encuestas realizadas.
Tabla 1: Resultados obtenidos en el inventario SISCO aplicado a los estudiantes de 4to. Semestre de la Licenciatura en Medicina de la UACH.
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* S= siempre; CS= casi siempre; AV= algunas veces; RV= rara vez; N = nunca. |
En cuanto a los grupos de edades, se puso de manifiesto una mayor situación de estrés académico, reacciones físicas, psicológicas y comportamentales en todos los ítems investigados en el grupo de 21 a 43 años, con respecto a los de 19 a 20 años.
Además, se calcularon las correlaciones entre aumento o reducción de ingesta de alimentos en relación con la sobrecarga de tareas y trabajos, donde se encontró una relación superior positiva entre el aumento o reducción del consumo de alimentos y la sobrecarga de tareas y trabajos en el grupo de hombres de 21 a 43 años, mientras que, en el colectivo de las edades de 19 a 20 años, se mostró una correlación menor y en lo que refiere al grupo de mujeres encuestadas, la correlación mayor se encontró entre las edades de 21 a 43 años, mientras que, entre las de 19 a 20 años la correlación fue negativa (Tabla 2).
Tabla 2: Aumento o disminución de consumo de alimentos en relación con la sobrecarga de tareas y trabajos en estudiantes de la Facultad de Medicina de cuarto semestre de la UACH.
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En la asociación entre aumento o reducción de ingesta y la fatiga crónica, los resultados expresan, una correlación positiva mayor entre el aumento o reducción del consumo de alimentos respecto a la fatiga crónica, tanto en el género masculino como en el femenino de las edades de 21 a 43 años, resultando más evidente en los hombres y en lo que respecta a la relación observada en el grupo de edades de 19 y 20 años se presentó una correlación menor (Tabla 3).
Tabla 3: Aumento o disminución en el consumo de alimentos en relación con la fatiga crónica (cansancio permanente) en estudiantes de la Facultad de Medicina de cuarto semestre de la UACH.
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Asimismo, en lo que refiere al aumento o reducción del consumo de alimentos asociados a los sentimientos de depresión y tristeza, la correlación fue baja en el grupo de hombres de 19 a 20 años, mientras que, en el colectivo de mujeres de entre 21 a 43 años, se observó una correlación positiva similar a la encontrada en los hombres de las mismas edades (Tabla 4).
Tabla 4: Consumo de alimentos en relación con el sentimiento de ansiedad, angustia y desesperación en estudiantes de la Facultad de Medicina de cuarto semestre de la UACH.
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DISCUSIÓN
Los niveles de participación obtenidos fueron de 100% a pesar de algunas dificultades presentadas con ciertos encuestados, debido a la contingencia de covid-19. Se obtuvo una buena comunicación escrita, antes de cada pregunta se mencionó el objetivo del inventario y el agradecimiento por la honestidad de contestar con certeza; su diseño fue admitido con aceptación desde un principio. Los resultados obtenidos en este estudio, a pesar de las limitantes presentadas como pudieran ser: el carácter piloto, el número de encuestados como representativo de una institución de nivel superior y las condiciones de contingencia debido a la pandemia Covid-19, son algunos de las restricciones que pudieran tener efecto en esta investigación.
El estrés crónico, influye en el desarrollo de sobrepeso y obesidad a través de muchos mecanismos, como el avance de estrés oxidativo, neuroinflamación, resistencia a la insulina, trastornos neurohormonales y trastornos en la neurotransmisión. La exposición a factores estresantes crónicos también afecta la regulación neuroendocrina del apetito y las preferencias alimentarias y promueve la inflamación y la disbiosis intestinal, contribuyendo al desarrollo de la obesidad. Cuestión que coincide con lo encontrado en este estudio11.
Los resultados ponen de manifiesto, que los encuestados desarrollan sobrecarga académica y tiempo limitado para hacer un trabajo, como principales generadores de estrés. Estos datos, coinciden con los reportados en un estudio realizado en el año 2017, en donde se seleccionó una muestra de 58 estudiantes del Sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia de la Facultad de Psicología y de Estudios de la Salud de la Universidad Autónoma de México, en el que los resultados concluyen que las situaciones estresantes más importantes, son la sobrecarga y falta de tiempo para realizar las actividades académicas12.
De este modo, en una investigación, que fue aplicada a una muestra de 255 alumnos de los programas educativos de la Licenciatura en Enfermería y Genómica e Ingeniería en Petroquímica y Nanotecnología de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, México, se encontró que las estrategias más utilizadas por los participantes para enfrentar el estrés fueron: habilidad asertiva (32%), elaboración de un plan y ejecución de tareas (33%), elogios a sí mismo (25%) y búsqueda de información sobre la situación (30%), en el cual, los encuestados mencionaron que la ejecución de un plan de estudios y la asertividad, son utilizados como acciones para enfrentar el estrés académico al que son sometidos, durante su periodo académico. Estas conclusiones ponen de manifiesto, que los resultados obtenidos en este estudio son similares a los encontrados en este trabajo13.
De igual manera, en un trabajo realizado en el año 2020, efectuado en el área metropolitana de Medellín, Colombia, de la Universidad Católica Luis Amigó, el Tecnológico de Antioquia y la Corporación Universitaria Minuto de Dios-Bello, donde se aplicó el Inventario SISCO del Estrés Académico a una muestra de 450 estudiantes, se encontró que los síntomas físicos más frecuentes fueron: somnolencia, dolores de cabeza y fatiga crónica, los encuestados refirieron un mayor porcentaje en las reacciones físicas, observándose: somnolencia o mayor necesidad de dormir (33%), fatiga crónica (32%) y rascarse y frotarse como manifestaciones de estrés (30%). Estas deducciones son análogas a las obtenidas en esta investigación14.
Por otro lado, en una investigación efectuada en el año 2020, se desarrolló un análisis aplicado a través de cuestionarios validados en el Índice de Alimentación Saludable (IAS), la escala breve de Depresión, Ansiedad y Estrés (DASS-21) y el Índice de Severidad del Insomnio, efectuándose en estudiantes de diferentes titulaciones del campus de la Universidad San Jorge en Zaragoza, España, en el cual se examinó un tamaño muestral de 1055 universitarios y se demostró que el consumo excesivo de dulces y bajo en lácteos se asocia a una mayor prevalencia de alteraciones psicológicas y del sueño. Determinando que los patrones alimenticios no saludables, son comunes en la población universitaria, que también se relacionaron con la presencia de ansiedad, estrés y depresión. Resultados que demuestran una clara semejanza con los obtenidos en esta investigación15.
Asimismo, en un trabajo de tesis realizado en el año 2019, por alumnos de la licenciatura en Nutrición de la Universidad Nacional Federico Villarreal en Perú, donde de utilizó el instrumento psicométrico SISCO del Estrés Académico y el cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos ultra procesados, se demostró que el 59.3% de los encuestados presentó un nivel de estrés académico profundo, que a su vez, se relacionó con el consumo de alimentos ultra procesados en el que se obtuvo un percentil del 63.4%, situación que evidencia que la ingesta de comida no saludable como, los alimentos ultra procesados y un inadecuado estado nutricional, son problemas que se encuentran relacionados con el estrés académico en estudiantes universitarios, por lo que, los resultados mostrados en este trabajo coinciden con los encontrados en este estudio (Tabla 3)16.
El apetito está regulado tanto por la necesidad metabólica como por vías de recompensa. Las hormonas implicadas en la respuesta al estrés influyen directa e indirectamente en la regulación del apetito. Durante el estrés crónico, este equilibrio puede desregularse, aumentando la vulnerabilidad al consumo excesivo de alimentos, lo que a su vez puede aliviar la experiencia del estrés. En los hallazgos del estudio, se encontró coincidencia con lo reportado por Stammers en el 2020 donde se examinó cómo se ha definido y medido en la literatura hasta la fecha la alimentación relacionada con el estrés. Dando como resultado una correlación positiva mayor entre el aumento del consumo de alimentos con el estrés9.
CONCLUSIONES
Se puso de manifiesto, la presencia de estrés en todas sus expresiones, en la muestra de estudiantes analizada, principalmente en el grupo de edades de entre 21 y 43 años, esto pudiera deberse a que son estudiantes con mayor vulnerabilidad por ser irregulares y/o tener mayores responsabilidades de tipo familiar, social o económico, entre otros. Se sugiere fomentar técnicas para controlar los niveles de estrés, ansiedad, angustia y desesperación, así como, la práctica de actividad física, meditación, dormir bien, una adecuada alimentación y promover el consumo de alimentos saludables (combinar frutas, verduras, cereales, entre otros), con el objetivo de lograr elevar el rendimiento académico y una menor presión en los estudiantes que mejore sus niveles de estrés.
Declaración de conflictos de interés
Los autores declaran no tener conflicto de intereses.
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Anexo 1:
Inventario SISCO de estrés académico
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