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Vol 25. N°2. 2024 | Abril-Junio de 2024 |
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ARTÍCULOS ORIGINALES
https://doi.org/10.48061/SAN.2024.25.2.72
VALORACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL EN PACIENTES ONCOLÓGICOS ADULTOS QUE CONCURREN AL HOSPITAL DE DÍA DE ONCOLOGÍA DEL HIGA “PROFESOR DR. LUIS GÜEMES”
ASSESSMENT OF NUTRITIONAL STATUS IN ADULT ONCOLOGY PATIENTS WHO ATTEND THE ONCOLOGY DAY HOSPITAL OF THE HIGA “PROFESOR DR. LUIS GÜEMES”, HAEDO
María Luz Echepare1,2, María Belén Roldán1,3, Silvana Yanina Vilas1,4, Enzo Nicolás Villarreal1,5
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Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) Prof. Dr. L. Güemes |
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https://orcid.org/0000-0002-2348-0989 |
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https://orcid.org/0000-0003-4410-7128 |
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https://orcid.org/0000-0003-1723-6813 |
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https://orcid.org/0000-0001-9577-0929 |
Correspondencia: Silvana Yanina Vilas
E-mail: silvana.vilas@outlook.com
Presentado: 16/01/24. Aceptado: 13/05/24
RESUMEN
Introducción: La desnutrición es frecuente en el paciente oncológico y se asocia a una menor respuesta a la radioterapia, quimioterapia y un mayor índice de mortalidad. Es sumamente importante identificar aquellos pacientes malnutridos y en riesgo de desnutrición para realizar una intervención nutricional de manera precoz e individualizada.
Objetivo: Valorar el estado nutricional y describir la prevalencia de malnutrición en pacientes adultos en tratamiento oncológico, que concurren al Hospital de Día de Oncología del HIGA "Profesor Dr. Luis Güemes", Haedo.
Materiales y métodos: Este estudio descriptivo transversal, desarrollado entre los meses de julio del 2021 y mayo de 2022, se realizó en pacientes adultos que asisten al Hospital de Día de Oncología en forma ambulatoria. Para el cribado nutricional se utilizó la herramienta NutriScore y los criterios GLIM para el diagnóstico de desnutrición.
Resultados: El tamaño muestral fue de 93 personas. La localización más frecuente fue el cáncer de mama (29%), seguido por pulmón (4%), útero (13%) y, por último, colon (11%). El 23% de los pacientes se encontraban en riesgo nutricional. Al aplicar los criterios GLIM se evidenció una prevalencia de desnutrición del 23%, siendo el 48% moderada y el 52% severa. Por otro lado, solo el 6,5% presentaban bajo peso y el 52,6% presentaba exceso de peso.
Conclusiones: La malnutrición es un diagnóstico frecuente en pacientes oncológicos, teniendo importantes repercusiones a nivel de la morbimortalidad, la calidad de vida y los costos sanitarios. Se recomienda realizar detección de riesgo y valoración del estado nutricional en todos los pacientes con diagnóstico oncológico con el objetivo de instaurar un abordaje nutricional precoz y adecuado.
Palabras clave: prevalencia; malnutrición; riesgo nutricional; cáncer.
ABSTRACT
Introduction: Malnutrition is common in cancer patients and is associated with a lower response to radiotherapy, chemotherapy and a higher mortality rate. It is extremely important to identify those malnourished patients and at risk of malnutrition to perform a nutritional intervention early and individualized.
Objective: To assess the nutritional status and describe the prevalence of malnutrition in adult patients undergoing cancer treatment, who attend the Oncology Day Hospital of the HIGA ''Profesor Dr. Luis Güemes'', Haedo.
Materials and methods: This cross-sectional descriptive study developed between the months of July 2021 and May 2022 was carried out in adult patients who attend the Oncology Day Hospital as an outpatient. The NutriScore tool and the GLIM criteria were used for the nutritional assessment.
Results: The sample size was 93 people. The most frequent location was breast cancer (29%), followed by lung (4%), uterus (13%) and finally colon (11%). 23% of patients were at nutritional risk. When applying the GLIM criteria, a prevalence of malnutrition of 23% was evident, being 48% moderate and 52% severe. On the other hand, only 6.5% were underweight and 52.6% were overweight. Conclusions: Malnutrition is a frequent diagnosis in cancer patients, having important repercussions in terms of morbidity and mortality, quality of life and health costs. It is recommended to perform risk detection and assessment of nutritional status in all patients with an oncological diagnosis with the aim of establishing an early and appropriate nutritional approach.
Keywords: prevalence; malnutrition; nutritional risk; cancer.
INTRODUCCIÓN
Las enfermedades neoplásicas representan la segunda causa de muerte en todo el mundo y se espera que el número de nuevos casos aumente significativamente durante las próximas décadas1. Según los últimos datos publicados por la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer, Argentina en el año 2020 presentaba una tasa de incidencia de 130.878 casos2.
La malnutrición es consecuencia de un disbalance entre el aporte y los requerimientos de energía y nutrientes, que produce una serie de cambios metabólicos y funcionales. Puede deberse a una ingesta deficiente (desnutrición) o excesiva (sobrepeso y obesidad), de macronutrientes o micronutrientes3.
Existen factores de riesgo relacionados con el estilo de vida, como el sedentarismo y la dieta occidental, que podrían relacionarse con el incremento de neoplasias asociadas a malnutrición por exceso. La Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC) y la World Cancer Research Fund (WCRF) sugieren que existe evidencia convincente de la relación entre obesidad y el desarrollo de cáncer, principalmente de mama, colorrectal, páncreas y esófago4,5. Los cambios endócrinos que tienen lugar en la obesidad podrían ser los causantes del incremento de la prevalencia de neoplasias, especialmente de mama. La exposición prolongada a la acción de ciertas hormonas, principalmente de estrógenos e insulina, puede ser un factor decisivo en el desarrollo de neoplasias5. A su vez, todos los tumores muestran evidencia de una inflamación latente caracterizada por la presencia de citocinas, prostaglandinas, leucotrienos, interleuquinas, proteasas y otras moléculas relacionadas con la inflamación específica de los tumores. La inflamación crónica es precursora de múltiples cánceres, y se estima que entre el 15% y el 25% de las muertes relacionadas con el cáncer en todo el mundo son atribuibles a infecciones y respuestas inflamatorias crónicas6.
No obstante, los pacientes con cáncer tienen más probabilidades de presentar desnutrición. Se ha informado que su prevalencia oscila entre aproximadamente el 20% y 70% a nivel mundial, con diferencias relacionadas con la edad del paciente, el tipo de cáncer y su estadío7. Se estima que entre 10 y 20% de los pacientes con cáncer mueren debido a las consecuencias de la desnutrición más que por la presencia del tumor1.
En estos pacientes existen múltiples factores que afectan la ingesta de alimentos, junto con el aumento de las necesidades calóricas y proteicas. La disminución en la ingesta a menudo resulta de los efectos secundarios de los tratamientos (medicamentos, radioterapia, cirugía), lo que afecta el estado nutricional del 70% de los pacientes al producir náuseas, vómitos y dificultad para alimentarse. Además, la respuesta inflamatoria a la enfermedad provoca anorexia y degradación de los tejidos que puede generar una pérdida de peso significativa, alteraciones en la composición corporal y disminución de la capacidad funcional. Es así que la desnutrición se asocia a pérdida de peso y masa muscular, competencia inmunológica reducida y más infecciones, estrés psicosocial, menor calidad de vida, toxicidad del tratamiento, mayor riesgo de mortalidad y menor respuesta a la quimioterapia y/o radioterapia, que se traduce en un aumento de la estancia hospitalaria y mayores costos sanitarios7,8.
Por lo tanto, es fundamental la correcta evaluación del estado nutricional, ya que cumple un rol no solo en la prevención sino también en el tratamiento de la enfermedad, siendo menester la implementación de una herramienta de cribado para detectar precozmente aquellos pacientes en riesgo y establecer un diagnóstico nutricional. Se entiende por tamizaje al primer paso de la evaluación nutricional, cuyo objetivo es identificar individuos malnutridos o en peligro de estarlo. Su principal ventaja radica en poseer pocos parámetros, ser válidos, reproducibles, sencillos y rápidos de aplicar8. Se recomienda realizar la valoración nutricional al momento del diagnóstico del cáncer y repetir semanalmente para aquellos pacientes de alto riesgo9. Además, el reconocimiento temprano de síntomas que impiden el correcto aporte de alimentos es fundamental para un manejo dietoterápico apropiado. Al respecto, definimos los síntomas asociados al estado nutricional como causas subyacentes que pueden impedir la ingesta adecuada de alimentos, como: alteraciones del olfato y el gusto, náuseas, diarrea, falta de apetito por la enfermedad misma o el tratamiento10. Se debe considerar la importancia de iniciar la terapia nutricional cuando los pacientes aún no estén gravemente desnutridos1.
En relación con aquellos pacientes con exceso de peso, estudios observacionales demuestran que aspectos de la nutrición y la actividad física, a través del control de peso, pueden ayudar a disminuir la recurrencia del cáncer. El abordaje dietoterápico colabora con la disminución de la incidencia de patologías neoplásicas y, en pacientes oncológicos, con la mejoría en su evolución4.
La falta de datos en nuestra institución sobre prevalencia de malnutrición en pacientes oncológicos ambulatorios motiva la realización del presente trabajo a fin de que los resultados sean de utilidad para posteriores intervenciones, mejorar el estado nutricional y prevenir la malnutrición en el paciente oncológico ambulatorio. Por tal motivo, el objetivo general del presente trabajo es valorar el estado nutricional y describir la prevalencia de malnutrición en pacientes adultos que concurren al Hospital de Día de Oncología del HIGA "Profesor Dr. Luis Güemes", Haedo, durante el periodo de julio de 2021 a mayo de 2022. En cuanto a los objetivos específicos, nos propusimos conocer la prevalencia de pacientes malnutridos y en riesgo nutricional según tipo de localización del tumor; detectar la prevalencia de pacientes con bajo peso, sobrepeso y obesidad; identificar la presencia de síntomas asociados al estado nutricional y, caracterizar la distribución de las diferentes localizaciones tumorales según género.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se trata de un estudio observacional, transversal y descriptivo realizado entre los meses de julio de 2021 y mayo de 2022. Para el relevamiento de datos, se utilizó una herramienta de elaboración propia (ver Anexo 1) administrada por personal especializado (Lic. en Nutrición). En una primera instancia se realizó la valoración del riesgo nutricional mediante la herramienta de cribado NutriScore, validada para su uso en pacientes ambulatorios oncológicos, la cual incorpora variables como la localización del tumor y el tratamiento oncológico recibido9. En aquellos pacientes que presentaron riesgo de desnutrición se utilizaron los criterios GLIM para evaluar el estado nutricional, teniendo en cuenta criterios etiológicos y fenotípicos que permiten diagnosticar malnutrición y su severidad11,12. Se relevaron datos acerca de la presencia de síntomas asociados al estado nutricional, es decir, aquellos signos o síntomas que podrían afectar el estado nutricional. El resto de la información solicitada se recabó de las historias clínicas archivadas del hospital.
Los investigadores participantes del presente estudio acataron la Ley Nº 26529/2009 y su modificatoria 26742/2012, a fin de asegurar la confidencialidad de los datos. Para tal fin, se eliminará toda la información de identificación personal de los registros del estudio después de compilar los datos de salud. La participación en el estudio fue totalmente voluntaria y se informó en forma verbal a los participantes sobre el objetivo de la investigación y se les solicitó permiso para usar y publicar los datos del estudio antes de iniciar el cuestionario.
El muestreo fue no probabilístico consecutivo por conveniencia. Se incluyeron pacientes mayores de 18 años de ambos géneros con diagnóstico de cáncer de cualquier tipo que concurrieron de manera ambulatoria al Hospital de Día de Oncología del HIGA "Profesor Dr. Luis Güemes". Se excluyeron aquellos pacientes que no pudieron responder a las preguntas de la herramienta de cribado o se hayan negado a hacerlo.
Variables en estudio
Riesgo Nutricional: se utilizó la herramienta de screening NutriScore, la cual define "riesgo nutricional" cuando el paciente presenta un score ≥ a 5 puntos, y "sin riesgo" cuando el score es < de 5 puntos9. Se realizó la evaluación mediante una entrevista dirigida.
Diagnóstico de desnutrición: se utilizaron los criterios GLIM. Se define como desnutrición cuando el paciente presenta al menos 1 criterio fenotípico y 1 criterio etiológico, y puede ser moderada o severa12.
Peso: referido a la masa o cantidad de peso expresado en kilogramos. Es una variable cuantitativa, numérica, continua. Se medirá a través de una balanza mecánica con tallímetro CAM modelo P1003.
Talla: referida a la altura alcanzada en centímetros. Se trata de una variable cuantitativa, numérica, continua medida a través del tallímetro de la balanza CAM modelo P1003.
Género biológico: masculino, femenino.
Porcentaje de pérdida de peso (%PP): se calculó en base al peso habitual referido por el paciente de los 6 meses previos, y se aplicó la siguiente fórmula: Peso Habitual - Peso Actual /Peso Habitual x 100.
Masa muscular: se evaluó a través del examen físico, mediante la palpación de atrofia muscular en los cuádriceps y deltoides, determinando pérdida de volumen y tono.
IMC: kg/m2. Se utilizó el peso corporal actual y talla medido al momento del ingreso y/o referido por el paciente. Se categorizó según los criterios de la OMS en bajo peso ≤18,5 kg/m2, normopeso 18,5 - 24,9 kg/m2, sobrepeso 25 - 29,9 kg/m2, obesidad ≥30 kg/m2 13.
Presencia de síntomas asociados al estado nutricional: se indagó sobre presencia de mucositis, gingivitis, sequedad en la boca (xerostomía), dificultad para tragar, disfagia, náuseas, vómitos, constipación, diarrea, alteraciones del gusto (disgeusia) u olfato, lesiones o llagas orales.
Ingesta alimentaria (o absorción) reducida: se tomó en cuenta una disminución del 50 % del requerimiento energético, o cualquier reducción por más de 2 semanas, o cualquier condición GI que afecte la asimilación/absorción de alimentos, según criterios GLIM12.
Localización del tumor/neoplasia: se incluyeron cáncer de mama, estómago, páncreas, cabeza y cuello, riñón, útero, pulmón, partes blandas, vejiga, colon, testículos, hueso, ovario, hematológico, intestino delgado y próstata.
Variables epidemiológicas: edad (años), género (femenino, masculino).
Recolección y análisis de datos:
Los datos fueron cargados y analizados en una base de datos de elaboración propia en Microsoft Excel®. Para el análisis descriptivo de las variables cuantitativas se calculó la media y para las variables cualitativas se calculó la frecuencia absoluta y relativa según corresponda.
RESULTADOS
El tamaño muestral fue de 93 personas. El género femenino representó el 74,1%. La edad promedio del total de la muestra fue de 55,4 años (± 12,9 DS). En la Tabla 1 se pueden observar las características sociodemográficas.
Tabla 1: Descripción sociodemográfica y antropométrica de la población.
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* Tabla de elaboración propia. |
De acuerdo con la distribución de los diferentes tipos de cáncer, la localización más frecuente fue el cáncer de mama (29%), seguido por pulmón (14%), útero (13%) y colon (11%). La mayor prevalencia fue en el género femenino, siendo el 100% de los casos de cáncer de mama y útero presente en mujeres y, en cáncer de pulmón y colon el 62% y 80% respectivamente. En cambio, el cáncer de vejiga y estómago la totalidad se presentó en hombres.
Al momento de la consulta, el 40,9% de los pacientes era normopeso, solo el 6,5% presentaban bajo peso y el 52,6% presentaba exceso de peso, siendo el 29% correspondiente a sobrepeso y 23,6% obesidad. Según las localizaciones más prevalentes, se evidenció que para cáncer de mama el 66% presentaba exceso de peso, el 30% era normopeso y el 4% bajo peso. La mayor prevalencia de bajo peso se observó en aquellos casos de cáncer gástrico, junto a cabeza y cuello (33%), seguido por cáncer de útero (25%) (ver Tabla 2).
Tabla 2: Diagnóstico por IMC según localización del cáncer.
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* IMC: Índice de masa corporal. Tabla de elaboración propia. |
Al aplicar la herramienta de cribado NutriScore, se evidenció que el 23% de los pacientes se encontraban en riesgo nutricional, dentro de los cuales el mayor porcentaje pertenecía a cáncer de útero (24%), seguido por cáncer gástrico (14%). A su vez, dentro del grupo sin riesgo nutricional el mayor porcentaje pertenece al cáncer de mama (35%), seguido por pulmón (17%) (ver Tabla 3).
Tabla 3: Riesgo nutricional según NutriScore y tipo de cáncer.
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* EN: Estado nutricional. C/R: Paciente que se encuentra con riesgo nutricional.
S/R: Paciente sin riesgo nutricional. Tabla de elaboración propia. |
Respecto de la evaluación nutricional según criterios GLIM realizada a los pacientes en riesgo nutricional, la prevalencia de desnutrición fue del 23%, siendo desnutrición moderada el 48% y severa el 52%. Teniendo en cuenta la localización, el cáncer de útero representa el 24% de los casos de desnutrición (y, a su vez, el 38% del total de las mujeres que presentan desnutrición), seguido por el cáncer gástrico.
Al comparar los resultados brindados por el NutriScore y los criterios GLIM con el diagnóstico según IMC, se evidencia que la mayoría de los pacientes en riesgo nutricional presentaba sobrepeso (43%) y, de aquellos pacientes con bajo peso el 75% presentaba desnutrición severa. Ningún paciente en riesgo de desnutrición se categorizó como "bien nutrido".
Durante la encuesta se indagó sobre síntomas asociados al estado nutricional, lo cual reveló que un 69% de los pacientes encuestados los presentaban y, un 78% refirió su permanencia durante 2 a 3 días luego de la sesión de tratamiento, un 16% durante una semana y solo un 6% por 15 días o más. Las náuseas fueron el síntoma más prevalente en el 69% del total de pacientes que presentaban algún síntoma, seguido por vómitos (47%), dolor estomacal (27%) y cambios en el gusto (22%), seguido por sequedad en la boca, dolor o molestia que afecten el apetito y constipación con 19%, 17% y 16% respectivamente. Los síntomas con menor ocurrencia fueron diarrea con un 14%, cambios en el olfato, dolor o molestia que le impida comer y dolor en la boca con un 13% cada uno, seguidos por dificultad al masticar (6%) y dificultad al tragar (5%) (ver Figura 1).
Figura 1: Prevalencia de síntomas asociados al estado nutricional.
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* Elaboración propia. |
Al relacionar los síntomas asociados al estado nutricional y el grado de desnutrición, en aquellos pacientes con desnutrición moderada fue más frecuente la presencia de náuseas y vómitos, y aquellos con desnutrición severa presentaron además dolor abdominal siendo mayor la variedad de síntomas asociados al estado nutricional (ver Tabla 4).
Tabla 4: Síntomas asociados al estado nutricional y grado de desnutrición según Criterios GLIM.
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* DNT: Desnutrición. Tabla de elaboración propia. |
Por último, se relevó información sobre el asesoramiento nutricional, referida a la atención en consultorio externo de nutrición, lo que mostró que el 54% de los pacientes no recibió asesoramiento, el 22% si lo recibió y el 14% no recuerda haber recibido asesoramiento luego del diagnóstico o no responde. Al relacionar estos datos con los pacientes en riesgo nutricional solo el 27% de estos recibió asesoramiento y, aquellos que presentaban diagnóstico de desnutrición no recibieron asesoramiento en el 60% de los casos.
DISCUSIÓN
En un estudio realizado por el Instituto de Oncología Dr. Angel Roffo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se observó una prevalencia de bajo peso 2,7%, normopeso 36,6%, sobrepeso 38,4% y obesidad 22,3%; es decir, que el 60,7% de la población tuvo exceso de peso. El IMC promedio fue de 26,8 kg/m2 siendo similar al obtenido en nuestro estudio14.
A nivel nacional, la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR)15 arroja que el 61,6% de la población presenta exceso de peso, siendo el 36,2% correspondiente a sobrepeso y el 25,4% a obesidad. Los resultados obtenidos en la muestra estudiada siguen esta misma línea, donde más de la mitad de la población oncológica presenta exceso de peso, siendo un indicador alarmante. Un estudio realizado en la Ciudad de Buenos Aires a pacientes oncológicos ambulatorios evidenció que el 36,5% tuvo exceso de peso, según el índice de masa corporal (IMC)16.
En el año 2017 un estudio realizado en el Hospital General Mateu Orfila de España17, a partir del cual se recolectó una muestra de 222 pacientes, evidencia que la localización más frecuente fue colorrectal en el 21% de los casos, seguido por mama y pulmón (19,3%). Al compararlo con nuestros resultados podemos observar en primer lugar al cáncer de mama (29%), seguido por pulmón 14%, útero 13% y colon 11%. La mayor prevalencia del cáncer de mama, en primer lugar, y útero, en tercer lugar, pueden estar relacionadas con el hecho de que el género femenino representó el 74,1% de la muestra del presente trabajo.
A su vez, las pacientes con cáncer de mama presentan alta prevalencia de exceso de peso18. En relación con esto, la bibliografía sugiere que la obesidad constituye un factor de riesgo importante para el desarrollo de ciertos tumores malignos como el adenocarcinoma de próstata y cáncer colorrectal en los varones y el de endometrio, ovario y mama en mujeres. Se cree que los cambios endocrinos que tienen lugar en la obesidad podrían asociarse al incremento en la prevalencia de neoplasias, principalmente por la exposición a niveles elevados de estrógenos e insulina5.
Respecto del cribado nutricional realizado con la herramienta NutriScore, el 23% de la muestra se consideró en riesgo nutricional. A su vez, el 23% de esta presentó desnutrición según criterios GLIM, siendo valores inferiores a los encontrados en otros estudios que diagnosticaron desnutrición a través de diferentes herramientas19,20. Un estudio realizado en el año 2020 identificó mayor porcentaje de desnutrición al utilizar los criterios GLIM en comparación con el valor hallado al utilizar la Valoración Global Subjetiva Generada por el Paciente (VGS-GP), lo que evidencia mayor sensibilidad de los Criterios GLIM para el diagnóstico de desnutrición21.
En un estudio realizado en el año 2019, se encontró que el 21,4% de la muestra estaba en riesgo nutricional (NutriScore ≥5), obteniendo cifras similares a las del presente estudio. Además, se realizó la valoración nutricional mediante VGS-GP al 95% de los pacientes considerados de riesgo nutricional y se diagnosticó desnutrición moderada en el 76% y desnutrición grave en el 12% de la muestra22.
Al relacionar el diagnóstico nutricional con el tipo de localización tumoral, encontramos que los cánceres que presentaban mayor porcentaje de desnutrición eran de útero y gástrico. Fernández López et al. identificaron un porcentaje similar para la prevalencia de desnutrición en cáncer gástrico, siendo los síntomas más frecuentes que afectaron la alimentación fueron la anorexia, la plenitud y el dolor20. Mientras que en la muestra analizada en el presente estudio los síntomas más prevalentes fueron las náuseas, seguido por vómitos y dolor. Sumado a esto, un estudio analizado mostró que el 62% de los pacientes presentó algún tipo de sintomatología asociada con el tratamiento oncológico. Los síntomas reportados con mayor frecuencia resultaron ser constipación y anorexia, ambos en 26,5%, seguido de náuseas y diarrea en 16%21.
Según las recomendaciones del grupo de expertos de ESPEN (European Society for Clinical Nutrition and Metabolism), para la acción contra la desnutrición relacionada con el cáncer del año 2017, el asesoramiento nutricional es la primera intervención para el tratamiento de pacientes desnutridos con cáncer. Un licenciado en nutrición puede brindar asesoramiento individualizado para lograr el equilibrio de energía y nutrientes en función de los requerimientos calóricos y proteicos del paciente, estilo de vida, estado de la enfermedad, la ingesta actual y las preferencias alimentarias. El asesoramiento debe abordar la presencia y la gravedad de síntomas como anorexia, náuseas, dolor, disfagia, distensión abdominal, diarrea y constipación7.
Los resultados obtenidos muestran que más de la mitad de los pacientes (54%) no recibieron asesoramiento y solo una pequeña proporción fueron atendidos por el servicio de nutrición (22%), lo que pone de manifiesto la importancia del trabajo interdisciplinario y de la interconsulta con otros servicios, a fin de poder realizar una valoración nutricional y un abordaje de manera temprana.
Como limitaciones en nuestro estudio, podemos mencionar el tamaño muestral acotado. Por otro lado, al momento de recabar información sobre el asesoramiento nutricional, se tomó solamente en cuenta si alguna vez concurrieron a una consulta nutricional luego de su diagnóstico y no se indagó sobre su derivación médica al profesional de la nutrición.
CONCLUSIONES
Al igual que los valores reportados por el Instituto Nacional del Cáncer23, los tumores más frecuentes fueron los de mama en mujeres y de colon en hombres. El tamizaje nutricional es fundamental en la identificación precoz del paciente en riesgo de desnutrición utilizando una herramienta de cribado como ser el NutriScore, de bajo costo, fácil y rápida de utilizar en la consulta ambulatoria que tiene en cuenta los cambios en la ingesta alimentaria, la pérdida de peso en los últimos tres meses, el sitio del tumor y el tipo de tratamiento, factores que condicionan el estado nutricional del paciente.
Respecto del uso de la herramienta GLIM para el diagnóstico de desnutrición, esta resulta adecuada, rápida y sencilla en su aplicación, por lo cual la consideramos una alternativa viable a la VGS-GP.
La evidencia concluye en que la malnutrición es un diagnóstico frecuente en pacientes oncológicos, tanto al inicio de la enfermedad como en estadios avanzados, teniendo importantes repercusiones en la morbimortalidad, la calidad de vida y los costos sanitarios. Además, la prevalencia de exceso de peso ha ido en aumento a nivel mundial por lo que se debe correr el foco de su prevención y tratamiento únicamente para las enfermedades crónicas no transmisibles sino considerar su influencia en las patologías neoplásicas4.
Por lo anterior, se resalta la importancia de una adecuada valoración por profesionales de la nutrición para lograr un diagnóstico preciso, dar intervención dietoterápica acorde al estado nutricional y al tratamiento antineoplásico recibido, realizar un monitoreo y así contribuir a que exista una respuesta adecuada al tratamiento oncológico18.
Financiamiento
Esta investigación no recibió financiamiento.
Conflictos de interés
Los autores declaran no tener ningún conflicto de interés.
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Anexo 1:
Planilla de recolección de datos
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