Vol.22 N°4 de 2021


EDITORIAL

ARTÍCULOS ORIGINALES - NUTRICIÓN

ARTÍCULOS ORIGINALES - PEDIATRÍA

COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO

REVISIÓN - SEGURIDAD ALIMENTARIA


INDICE
 
Vol 22. N°4. 2021  |  Octubre-Diciembre de 2021


COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO

https://doi.org/10.48061/SAN.2021.22.4.117

Aislamiento por COVID-19 en el AMBA y en el resto del país: estudio transversal de cambios en hábitos y estilo de vida

Isolation by COVID-19 in the AMBA and the rest of the country: cross-sectional study of changes in habits and lifestyle


Jorge F. Elgart1*, Luis Flores1*, Analía G. Abraham2, Graciela L. Garrote2, Rocío Torrieri1, Juan J. Gagliardino1


1 Centro de Endocrinología Experimental y Aplicada, Universidad Nacional de la Plata-Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas- Convocatorio a Centro Asociados- Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (UNLPCONICET-CeAs CICPBA), Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de la Plata, La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina
2 Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA), Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Universidad Nacional de la Plata (CONICET-UNLP), Área Bioquímica y Control de Alimentos, Facultad de Ciencias Exactas, Universidad Nacional de la Plata, La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina
* Ambos autores contribuyeron de igual manera a la realización del trabajo

Correspondencia: Jorge F. Elgart
E-mail: jelgart@cenexa.org
Presentado: 11/06/21. Aceptado: 03/12/21




RESUMEN
Introducción: el confinamiento impuesto para disminuir la propagación de la COVID-19 induce cambios de hábitos y estilos de vida no saludables.
Objetivos: verificar cambios asociados al confinamiento en los hábitos alimentarios y estilo de vida en la población argentina, y sus diferencias entre el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y el resto del país.
Materiales y métodos: estudio transversal, descriptivo y analítico, mediante una encuesta "en línea" (diciembre de 2020) realizada a adultos residentes en Argentina. Se relevó edad, género y lugar de residencia, así como los cambios registrados respecto del peso, hábitos alimentarios, actividad física, deseo por comer y calidad del sueño. Se realizó un análisis descriptivo de las encuestas válidas recibidas (N=1.536), y se verificaron diferencias entre las regiones mediante pruebas paramétricas y no paramétricas, considerando significativo p<0,05.
Resultados: el 75,1% de los participantes fue mujer (38,8±13,1 años), el 60,5% del AMBA y 39,5% del resto del país. El aislamiento se asoció a cambios que impactaron en lo psicológico, estrés, hábitos saludables y sueño, con algunas diferencias regionales significativas. Sin embargo, la resultante final común entre AMBA y el resto del país fue el mayor aumento de la ingesta calórica y la disminución de actividad física que condujo a que el 39,7% de los participantes aumentara su peso (media 4,8±2,8 kg).
Conclusiones: el aislamiento se asoció con efectos secundarios indeseables que podrían disminuirse mediante la promoción virtual de hábitos saludables que, simultáneamente, disminuirían el aumento de la obesidad y la diabetes.

Palabras clave: COVID-19; aislamiento social; hábitos alimentarios; estilo de vida; actividad física.



ABSTRACT
Introduction: the confinement imposed to reduce the spread of COVID-19 induces changes in habits and unhealthy lifestyles.
Objectives: to verify changes associated with confinement in eating habits and lifestyle in the Argentine population and their differences between the metropolitan area of Buenos Aires (AMBA) and the rest of the country.
Materials and methods: cross-sectional, descriptive, and analytical study, through an "online" survey (December 2020) carried out on adults residing in Argentina. Age, gender and place of residence were surveyed, as well as the changes registered regarding weight, eating habits, physical activity, desire to eat and quality of sleep. A descriptive analysis of the valid surveys received (N=1,536) was carried out, verifying differences between the regions using parametric and nonparametric tests, considering significant p<0.05.
Results: 75.1% of the participants were women (38.8±13.1 years), 60.5% from the AMBA and 39.5% from the rest of the country. Isolation was associated with changes that impacted on the psychological, stress, healthy habits, and sleep, with some significant regional differences. However, the common end result between AMBA and the rest of the country was the greater increase in caloric intake and the decrease in physical activity that led to 39.7% of the participants increasing their weight (mean 4.8±2,8 kg).
Conclusions: isolation was associated with undesirable side effects, which could be diminished through the virtual promotion of healthy habits that would simultaneously decrease the growth of obesity and diabetes.

Key words: COVID-19; social isolation; eating habits; lifestyle; physical activity.






INTRODUCCIÓN
Un aspecto importante del estudio de las epidemias es comprender cómo reaccionan las sociedades a las enfermedades contagiosas1. En este sentido, en diciembre de 2019 se detectó por primera vez la enfermedad por SARS-CoV-2 (del inglés, severe acute respiratory syndrome coronavirus 2), denominada COVID-19, y desde entonces estamos atravesando una crisis sanitaria que produjo hasta el momento 3,7 millones de muertes en todo el mundo2.
Inicialmente, en ausencia de un tratamiento eficaz y debido a la escasez mundial de vacunas disponibles, el aislamiento y el distanciamiento físico preventivo han sido las únicas estrategias exitosas para contener la progresión de la pandemia3,4.
En ese contexto, Argentina debió apelar a dichas estrategias a partir del 20 de marzo de 2020, cuando se estableció en todo el país el aislamiento obligatorio a fin de contener la pandemia de coronavirus5,6. Esta medida se extendió hasta el 6 de mayo, dando lugar a distintos grados de distanciamiento social a lo largo de todo el territorio según la severidad y tasa de propagación local de la enfermedad. Sin embargo, en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA; Ciudad de Buenos Aires y 40 municipios bonaerenses que la rodean), el aislamiento obligatorio continuó por algo más de siete meses, hasta el 6 de noviembre.
Si bien estas medidas fueron efectivas para prevenir o enlentecer la propagación de la COVID-19, muchas personas sufrieron efectos secundarios indeseables que se desarrollaron como consecuencia de este drástico cambio en su estilo de vida, sufriendo manifestaciones como estrés, impacto psicoló- gico negativo, alteración de su ritmo circadiano, trastornos del sueño y de la ingesta de alimentos, así como la incertidumbre por las consecuencias socioeconómicas del aislamiento7-9. Un estudio realizado en nuestro país a los 45 días del inicio de la cuarentena da cuenta de estos cambios10.
Asimismo, a nivel global, independientemente de las diferencias étnicas y/o culturales, varios autores describieron la ocurrencia de cambios en los hábitos alimentarios y la actividad física (AF) durante el aislamiento11-13, y demostraron que también pueden afectar negativamente el control y evolución de las enfermedades crónicas y los factores de riesgo cardiovascular14-17. La probable prolongación de la pandemia, con oleadas de casos cada vez mayores, requerirá la aplicación de nuevas restricciones de movimiento y aislamiento severas que continuarán afectando la vida de las personas al socavar su salud y limitar la capacidad de respuesta de los servicios de salud18. Por lo tanto, una mejor comprensión de los cambios de comportamientos relacionados con la salud, como los comportamientos alimentarios, la AF y los hábitos saludables, proporcionará información importante para diseñar acciones de promoción de la salud dirigidas a la población19.
Si bien en Argentina algunos estudios comenzaron a abordar el impacto de las restricciones en los comportamientos y estilos de vida relacionados con la salud10,20-22, estamos lejos de caracterizarlos completamente y, hasta donde conocemos, ningún estudio indagó respecto del impacto del aislamiento en distintas regiones de nuestro país con diferentes características sociodemográficas. Esta información en relación a las consecuencias del aislamiento preventivo permitirá desarrollar estrategias que prevengan/ limiten su impacto negativo en caso de prolongarse.

OBJETIVOS
En función de lo expuesto, el objetivo principal del presente estudio fue analizar el impacto del confinamiento por COVID-19 en los hábitos alimentarios y el estilo de vida en la población argentina, y sus diferencias entre el AMBA y el resto del país.

MATERIALES Y MÉTODOS
Diseño del estudio y participantes
Se realizó un estudio de corte transversal, mediante una encuesta "en línea" sobre los posibles cambios ocurridos durante el confinamiento por COVID-19 en Argentina. La encuesta se difundió a través de redes sociales institucionales (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas -CONICET- y Universidad Nacional de la Plata -UNLP-) y personales (WhatsApp, Twitter, Instagram y Facebook), estaciones de radio locales (UNLP y Universidad Nacional de Comahue) y la lista de correo electrónico de los investigadores del estudio. Los participantes recibieron un enlace de Internet al cuestionario creado con la aplicación Google Forms (Google LLC, Mountain View, CA, EE.UU.), un mé- todo aceptado y ampliamente utilizado en la investigación en salud23.
Los datos se recolectaron durante 20 días (del 2 al 22 de diciembre de 2020), luego de ocho meses de aislamiento impuesto por las autoridades nacionales. La población destinataria la conformaron adultos (≥18 años), residentes en Argentina, usuarios de redes sociales, personas capaces de comprender el propósito del estudio y estar dispuestas a participar en forma anónima y voluntaria.

Cuestionario de encuesta
La encuesta utilizada indagó acerca de la situación del encuestado al momento de su participación en comparación con sus hábitos y costumbres previos al confinamiento por COVID-19. El cuestionario se adaptó culturalmente de un cuestionario reportado en la literatura y facilitado por sus autores24. Se realizó una prueba piloto para avaluar su comprensión y facilidad de respuesta que mostró resultados satisfactorios, sin embargo, el cuestionario no fue validado.
La encuesta incluyó 26 preguntas que se respondían por autorreporte, organizadas en cuatro secciones: en la primera, se relevaron datos generales de los participantes como edad, género y lugar de residencia durante el aislamiento, mientras que en la segunda sección se evaluaron los posibles cambios en los hábitos alimentarios, como la frecuencia de consumo por grupos de alimentos, cantidad de alimentos consumidos, tiempo dedicado a la preparación de tortas y/o pan casero, aumento del deseo/ansiedad de comer o comer entre comidas y aumento de peso. La tercera sección incluyó preguntas sobre la búsqueda de información sobre nutrición y recetas de cocina, así como sobre las técnicas culinarias utilizadas y el tiempo dedicado a la cocina. La cuarta sección indagó acerca de la práctica de AF, hábitos de sueño, si consumieron algún tipo de suplemento nutricional con el objetivo de fortalecer el sistema inmunológico, y en el caso de los fumadores, si registraron cambios en su hábito tabáquico.
De las 1.574 respuestas recibidas, se excluyeron 10 por no cumplir con los criterios de inclusión (edad y/o país de residencia) y 28 por haber entregado el cuestionario incompleto; en consecuencia, el número final de participantes fue de 1.536.

Gestión y análisis de datos
Para evitar la fatiga de los participantes por responder un cuestionario largo o complejo25, se emplearon opciones de respuesta binaria (Sí/No) o con una escala tipo Likert, que permitiera la autoevaluación del cambio en cada ítem como "menos", "igual" (incluido No consumo/uso) o "más" que antes del confinamiento.
Los cuestionarios completos se extrajeron de Google Forms y se exportaron al software Statistical Package for Social Science (SPSS) versión 26 para su análisis.
Las respuestas en la escala Likert se recodificaron como binarias de la siguiente manera: a) se identificó si hubo o no cambios en los hábitos respecto de la situación anterior al confinamiento; b) entre los cambios reportados, se identificaron aquellos que habían aumentado o disminuido su hábito o consumo de alimentos durante el período de aislamiento. Posteriormente, se conformaron dos grupos de acuerdo con la zona de residencia de los participantes: a) residentes del AMBA; b) residentes de localidades del resto del país. La elección de esta clasificación se basó no solo en las diferencias sociodemográficas que existen entre ambas regiones, sino en que en el AMBA, el aislamiento preventivo y obligatorio se desarrolló ininterrumpidamente por algo más de siete meses, mientras que en el resto del país se aplicaron medidas similares, pero con diferentes grados de aislamiento y distanciamiento social a lo largo de dicho período.
Los datos descriptivos se muestran como frecuencias y porcentajes, así como media±desviación estándar (DE). Las diferencias en las variables continuas se evaluaron mediante pruebas paramétricas y no paramétricas según la distribución normal de las variables (prueba de Kolmogorov‐Smirnov), utilizando la prueba de la X2 para evaluar las diferencias en las proporciones. Se consideró p<0,05 como significativo.

Consideraciones éticas
El estudio se realizó de acuerdo a las recomendaciones de buenas prácticas (Conferencia Internacional de Armonización) y las directrices éticas de la Declaración de Helsinki. Todos los participantes fueron informados sobre las características del estudio y debían marcar una casilla específica para dar su consentimiento y participar voluntariamente. La naturaleza anónima de la encuesta web no permite rastrear de ninguna manera datos personales sensibles, por lo cual el presente estudio no requirió aprobación del Comité de Ética.

RESULTADOS
De la muestra final de 1.536 casos, 929 correspondieron al AMBA (60,5%) y 607 al resto del país (39,5%). La mayoría de los participantes fue mujer (75,1%) con una edad promedio de 38,8±13,1 años, y el 95,4% residente en zona urbana (Tabla 1).


Tabla 1: Características generales de la muestra.
 
 
AMBA: área metropolitana de Buenos Aires.
* Comparación entre AMBA y resto del país.



La proporción de mujeres y de residentes en la zona rural fue significativamente mayor en el resto de país respecto del AMBA, sin diferencia en edad (38,9±13,5 vs. 38,7±12,5; p=0,707).
En el total de la muestra, el 10% era fumador y se registró su mayor porcentaje en el AMBA (11,3% vs. 7,9%; p=0,030), y el 4,3% de ellos refirió que incrementó su consumo durante el aislamiento (Tabla 1).
La Tabla 1 muestra que el 60,7% (n=933) de los encuestados reportó un cambió de peso corporal durante el confinamiento, aunque no se registraron diferencias entre el AMBA y el resto del país (60,2% vs. 61,6%; p=0,571). El 16,8% declaró no saber si modificó su peso corporal, el 39,7% ganó en promedio 4,8±2,8 kg, mientras que el 43,5% restante mantuvo su peso previo o incluso lo bajó (promedio de descenso 5,1±4,4 kg).
Aunque en el AMBA la proporción de personas que ganó peso o no sabía si su peso había cambiado durante la cuarentena fue mayor que en el resto del país (Tabla 1), no se registraron diferencias en la cantidad de kilogramos promedio que aumentaron en ambas regiones (4,7±2,5 kg vs. 4,9±3,2 kg; p=0,443).

Cambios en el consumo de alimentos durante la cuarentena
Los mayores cambios registrados en el consumo de alimentos durante el aislamiento (Tabla 2) se observaron en productos de panadería (47,9%), dulces (41,7%), comidas rápidas (41,4%), pan, tostadas y cereales (40,8%), y verduras y/o hortalizas (40,1%); mientras que los menores cambios se observaron en sal y/o calditos comerciales (15,2%) y manteca, crema de leche y aderezos (23,8%).


Tabla 2: Cambios en el consumo de alimentos durante la cuarentena.
 
 
AMBA: área metropolitana de Buenos Aires.
* Comparación entre AMBA y resto del país.



Asimismo, entre AMBA y el resto del país no se observaron diferencias significativas en el aumento del consumo de los diferentes grupos de alimentos, excepto en galletitas (42,0% vs 35,4%) y dulces (44,1% vs. 38,1%) que fue significativamente mayor en el AMBA.

Comportamiento de compra y hábitos alimentarios
La mayoría de los encuestados reportó haber cambiado la frecuencia con la que hacía las compras de alimentos (72,7%), sin registrarse diferencias significativas entre los residentes del AMBA y el resto del país (Tabla 3).


Tabla 3: Cambios de hábitos y comportamientos relacionados con la compra de alimentos, preparación y consumo de comida, y de información nutricional.
 
 
AMBA: área metropolitana de Buenos Aires.
* Comparación entre AMBA y resto del país.
a el % se calculó respecto del total de personas que reportó cambios.
b el % se calculó respecto del total de personas que buscó información.



El 69,5% de los encuestados redujo la frecuencia de compra de alimentos, siendo esta disminución significativamente mayor en el resto del país en comparación con el AMBA (79,5% vs. 63,1%). Asimismo, el 49,5% de los encuestados cambió el tipo de comercio donde realizaba las compras, siendo este cambio mayor en el AMBA (51,5% vs. 46,1%; p=0,041). Se destaca que, mayormente, el cambio se dio desde grandes supermercados hacia comercios de cercanía y/o compras en tiendas "en línea".
En cuanto a la actitud de las personas respecto de los alimentos y la preparación de las comidas, el 60,0% afirmó que durante el aislamiento aumentó la ansiedad por la comida, el 63,9% dedicó más tiempo a su elaboración, el 37,6% admitió que comió más que antes, el 36,3% aumentó el consumo de alimentos entre comidas (incremento del picoteo) y el 21,4% incrementó el consumo de suplementos alimenticios; ninguno de estos cambios mostró diferencias significativas entre el AMBA y el resto del país.
En cuanto a la búsqueda de información nutricional, el 62,3% de los encuestados refirió haber buscado información sobre nutrición preferentemente en Internet y/o redes sociales (73%) o consultando a un profesional (50,2%). La búsqueda de información nutricional fue significativamente mayor en el resto del país que en la región del AMBA (66,9% vs. 59,3%).

Actividad física y cambios en los hábitos de sueño
El 81,8% de los encuestados informó que realizó AF durante la cuarentena y prácticamente la mitad de ellos (43,7%) mantuvo dicha práctica durante todo el confinamiento, sin registrarse diferencias significativas entre el AMBA y el resto del país (Tabla 4).
En cuanto al nivel de AF realizado durante el confinamiento, el 70,2% de las personas encuestadas reportó que cambió el nivel de AF y de ellas, el 65,8% realizó menos AF que antes del confinamiento. Al comparar este comportamiento entre ambas regiones del país, se observó que en el AMBA fue mayor tanto la proporción de personas que cambió el nivel de AF como el porcentaje de aquellos que lo disminuyeron (Tabla 4).


Tabla 4: Cambios en la actividad física y los hábitos de sueño.
 
 
AMBA: área metropolitana de Buenos Aires.
* Comparación entre AMBA y el resto de país.
a el % se calculó respecto del total de personas que reportó cambios.
b el % se calculó respecto del total de personas que realizó AF.
c el nivel de actividad física se clasificó en intenso, moderado y bajo de acuerdo con la clasificación utilizada en la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo28.



Respecto de la calidad del sueño, el 63% de los encuestados cambió su hábito de sueño durante el confinamiento y el 45,5% de ellos reportó que durmió menos horas que antes del inicio de la pandemia, sin diferencias entre las regiones analizadas. Sin embargo, un parámetro relacionado con el sue- ño que sí mostró cambios entre las regiones fue la cantidad de horas de sueño diaria. La proporción de personas que durmió menos de 8 h/día fue significativamente mayor en el AMBA y, paralelamente, en el resto del país fue mayor la proporción de personas que durmió más de 8 h/día. Por otro lado, se advirtió que el 58,5% de las personas durmió siesta, proporción que fue significativamente mayor en el resto de país (64,6% vs. 54,5%). En lo que respecta al consumo de inductores de sueño, el 10,2% informó haberlos consumido durante el confinamiento por COVID-19, siendo mayor en el resto de país que en el AMBA (12,4% vs. 8,7%; p=0,021).

DISCUSIÓN
Nuestros resultados muestran que el aislamiento preventivo indujo cambios de hábitos similares en el AMBA y en el resto del país, como aumento del consumo calórico vía productos de panadería, dulces, comidas rápidas, cereales, verduras y/o hortalizas. También hubo una mayor dedicación a la elaboración de comidas, aumento de la ansiedad por ellas y del consumo de alimentos entre comidas (picoteo).
En relación al gasto calórico, se registraon comportamientos similares: el 81,8% de los encuestados realizó AF durante la cuarentena y prácticamente la mitad de ellos (43,7%) mantuvo dicha práctica durante todo el confinamiento, sin diferencias significativas entre el AMBA y el resto del país.
Otros parámetros, en cambio, mostraron diferencias significativas entre ambas regiones. En el AMBA se detectó una mayor proporción de personas que aumentó el consumo de galletitas y de dulces, que disminuyó el nivel de práctica de AF, que aumentó su hábito tabáquico y que durmió menos de 8 h/día. Asimismo, en el resto del país fue mayor la proporción de personas que durmió más de 8 h/día y que hizo siesta.
Estas diferencias entre el AMBA y el resto del país podrían adscribirse a factores demográficos, socioeconómicos, culturales u otros. Como se mencionó, respecto de su demografía, el AMBA comprende la Ciudad de Buenos Aires y los 40 municipios de la provincia de Buenos Aires que la rodean. En esta área se concentra el 37% de la población del país, en un espacio menor al 1% del territorio nacional, con una densidad poblacional de 1.114 personas/km2, mientras que en el resto del país la densidad poblacional oscila entre 1 y 50 personas/km2 como máximo26.
Desde el punto de vista socioeconómico, el AMBA aporta casi la mitad del producto bruto interno y el 43% del trabajo privado registrado de Argentina27. Pero también concentra el 30% de pobreza según necesidades básicas insatisfechas, con una distribución marcadamente heterogénea: de una clase media alta en la Ciudad de Buenos Aires a una de pobreza mayor en el conurbano bonaerense26,27. Ambas situaciones no descartan la participación de otros factores no considerados.
Frente a esta disociación parcial de cambios de há- bitos asociados al aislamiento, el 60,7% del total de participantes encuestados reportó un cambió de peso corporal, sin diferencias entre el AMBA y el resto del país (60,2% vs. 61,6%; p=0,571): el 39,7% ganó en promedio 4,8±2,8 kg, mientras que el 20,2% (n=311) mostró un descenso promedio de 5,1±4,4 kg.
Resultados similares se reportaron en otros estudios realizados en varios países con diferentes culturas y estilos de vida. Sinisterra-Loaiza et al.24. evaluaron en Galicia (España) los cambios producidos en los hábitos alimentarios y el estilo de vida en 1.350 adultos durante el encierro por COVID-19. Registraron un mayor consumo de alimentos saludables (frutas y verduras) y una disminución en otros menos saludables, sin embargo, también reportaron una disminución en la actividad física, y un aumento en la cantidad de alimentos consumidos y en la ansiedad por la comida, lo que resultó en un aumento del peso corporal en el 50% de la población. Asimismo, una revisión reciente, que resume 23 estudios internacionales, concluyó que el confinamiento por COVID-19 afectó significativamente los hábitos alimentarios, y se asoció a otros resultados sobre el estilo de vida, incluido el aumento de peso, problemas de salud mental y menos actividad física, lo que provocó efectos negativos sobre la salud de la población37.
En este sentido, los datos obtenidos respecto del cambio de peso demuestran que una elevada proporción de personas ganó peso, dato alarmante, considerando que, en nuestro país, la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo registró en el período 2005-2018 un incremento del 75% en la obesidad y del 51% en la diabetes, otro importante factor de riesgo cardiovascular asociado28. Este aumento registrado durante el confinamiento por COVID-19 contribuiría al mantenimiento/aumento de la pandemia mundial de obesidad y diabetes, según definió la Organización Mundial de la Salud (OMS)29, y de sus asociaciones mórbidas. El hecho se agrava dado que tanto la obesidad como la diabetes también constituyen factores de riesgo para un curso grave del cuadro agudo/muerte de la COVID-1930-34 y que, según un estudio reciente35, quienes presentaban obesidad previa aumentaron más de peso durante el confinamiento y no lograron revertir esta tendencia luego de su interrupción.
Aunque nuestros resultados son claros y están en línea con la evidencia actual, deben considerarse con cautela debido a que este estudio tiene algunas limitaciones. La primera es la utilización de un cuestionario web por autorreporte, lo que puede dar lugar a un sesgo de respuesta. La segunda limitación es que la encuesta utilizada no fue validada previamente, sin embargo, es una adaptación de otra previamente empleada24. La tercera limitación es la forma de difusión de la encuesta y su población objetivo, ya que accedieron a la encuesta usuarios de redes sociales, por lo que los resultados deben interpretarse con cautela, sin extrapolarlos de manera directa a la población general.
A pesar de estas limitaciones, nuestros datos confirman la evidencia internacional y local que el aislamiento para prevenir efectivamente la difusión viral induce cambios que afectan el área psicológica y los hábitos saludables en general, aunque con algunas diferencias regionales significativas7,10,20-22. Sin embargo, la resultante final común es facilitar la ingesta calórica y disminuir su pérdida, resultando así en un aumento del peso corporal.
Lejos de dejar de lado el aislamiento preventivo, este efecto secundario indeseable podría prevenirse mediante la implementación de un programa proactivo virtual de promoción de adopción de há- bitos saludables para la población general. Esta estrategia recomendada por otros autores36 permitiría disminuir su efecto indeseable y, simultáneamente, contribuiría a reducir el crecimiento actual de la obesidad y la diabetes.

CONCLUSIONES
Este estudio confirmó que el aislamiento por COVID-19 se asoció con efectos secundarios indeseables, con algunas diferencias significativas entre el AMBA y el resto del país. Estos efectos podrían disminuirse mediante la promoción virtual de hábitos saludables que simultáneamente reducirían el crecimiento de la obesidad y la diabetes.

Conflictos de interés: los autores del trabajo declaran no tener conflictos de interés.

Financiamiento
Esta investigación fue parcialmente financiada por el CYTED, Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, subsidio P917PTE0409 (Investigador responsable: Dr. Alberto Cepeda).

Agradecimientos
A los Dres. Alberto Cepeda y Alejandra CardelleCobas de la Universidad de Santiago de Compostela por el diseño inicial de la encuesta. Jorge F. Elgart, Luis Flores, Analía G. Abraham, Graciela L. Garrote y Juan J. Gagliardino son investigadores del CONICET; Rocío Torrieri es becaria de la CICPBA.


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