Vol.22 N°3 de 2021
EDITORIAL
ARTÍCULOS ORIGINALES - NUTRICIÓN
ARTÍCULOS ORIGINALES - DIABETES
ACTUALIZACIÓN - NUTRICIÓN
REVISIÓN - TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA
INDICE
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Vol 22. N°3. 2021 | Julio-Septiembre de 2021 |
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Isabel Bianchi di Carcano1, Marisa Armeno1
1 |
Médica Pediatra, especialista en Nutrición Infantil, Servicio de Nutrición Pediátrica, Hospital de Pediatría Prof. Dr. Juan P. Garrahan,
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina |
Correspondencia: Isabel Bianchi di Carcano
E-mail: bianchiisabel85@gmail.com
Presentado: 18/02/21. Aceptado: 16/05/21
RESUMEN
Introducción: la vitamina B12 cumple un rol esencial en el
crecimiento y el neurodesarrollo. El déficit de vitamina B12
(B12) es un problema de salud pública en Argentina, con una
alta prevalencia en población de riesgo, como las embarazas
y niños en situación social vulnerable, aunque mantengan
una dieta omnívora.
Objetivos: actualizar la información disponible sobre la deficiencia de B12 en la población vulnerable con el fin de resaltar
y actualizar la importancia del tema para realizar un diagnóstico temprano, un tratamiento oportuno y prevenir las complicaciones irreversibles.
Resultados: es importante que el pediatra conozca las diferentes formas de presentación del déficit de B12 y principalmente que se considere como diagnóstico diferencial ante
niños con alteraciones neurológicas, aún en ausencia de anemia, para lograr intervenciones tempranas que disminuyan el
impacto de la enfermedad. Varios investigadores concluyeron
que un marcador aislado puede conducir a diagnósticos erró-
neos, por lo cual actualmente lo más recomendado es usar al
menos dos. De los tratamientos evaluados, la mayoría acuerda en realizar entre siete a 10 días de tratamiento, con 1 mg
de B12, ya sea intramuscular o vía oral, seguido de tres a 11
semanas de tratamiento semanal.
Conclusiones: es de vital importancia relevar datos actualizados
de prevalencia de déficit en el país, como así también implementar
intervenciones terapéuticas y de políticas públicas preventivas.
Palabras clave: vitamina B12; déficit de B12; síndrome de
temblor infantil.
ABSTRACT
Introduction: vitamin B12 plays an essential role in growth
and neurodevelopment. Vitamin B12 deficiency is a public
health problem in Argentina, with a high prevalence in a highrisk population, such as pregnant women and children with
a vulnerable social situation, although their omnivorous diet.
Objectives: to update the information available on vitamin B12
deficiency in vulnerable populations, in order to highlight the
importance of the subject, to achieve an early diagnosis and timely treatment and thus prevent irreversible complications.
Results: it is important that the pediatrician knows the different types of vitamin B12 deficiency presentation and to consider it as a differential diagnosis in children with neurological
symptoms, even in the absence of anemia, to achieve early
interventions and diminish the burden of disease. Many researchers have concluded that an isolated marker can lead to misdiagnoses, so it is currently recommended to use at least two.
Most of the treatments evaluated, agree on the administration of 1 mg of B12, for 7 to 10 days, either intramuscular or
orally, followed by 3 to 11 weeks of a weekly dose.
Conclusions: it is important to update data on the prevalence
of B12 deficiency in our country, as well as the implementation
of therapeutic interventions and preventive public policies.
Key words: vitamin B12; B12 deficiency; infant tremor
syndrome.
INTRODUCCIÓN
La vitamina B12 o cobalamina (B12) es una vitamina
que pertenece al complejo B, con funciones esenciales
en el crecimiento, la reproducción celular, la hematopoyesis y la síntesis de nucleótidos, proteínas y mielina1.
La deficiencia de B12 es frecuente en la población general y puede generar complicaciones graves
durante todas las etapas de la vida2. La causa más
común de su deficiencia es la ingesta insuficiente3.
En la última década el aumento progresivo de
individuos que eligen dietas vegetarianas o veganas,
deficitarias en esta vitamina, ha sido tema de preocupación en el ámbito de la salud, con recomendación a nivel mundial de suplementación con B12
cuando se eligen estos tipos de alimentación4. Sin
embargo, el aumento de pacientes con déficit de
B12 debido a ingesta insuficiente por cuestiones socioeconómicas ha tenido menor repercusión5.
En países en vías de desarrollo, como Argentina,
aumentó en los últimos años el número de personas
que vive bajo la línea de pobreza (23,4% en 2007
y 42% en 2020, según datos del Instituto Nacional
de Estadística y Censos, INDEC) y, en consecuencia, disminuyó el consumo de alimentos de origen
animal lo que ocasionó innumerables compromisos
nutricionales como la obesidad, la desnutrición y los
déficits vitamínicos, entre ellos, de la B126.
La incorporación de la Ley 25.630 de fortificación
de las harinas con ácido fólico en Argentina (año 2002)
complicó aún más la situación de déficit de B12. En
pacientes con déficit de B12 disminuye la metionina y
con esta la S-adenosilmetionina (SAM), que es responsable del mantenimiento de la mielina. Para disminuir
su utilización y preservar la mielina, se activa la trampa de folatos, que mantiene al ácido fólico inactivo y
de esta forma se frena la síntesis proteica y de ADN.
El aumento del consumo de ácido fólico, cofactor de
la síntesis de ADN en los alimentos a base de harina
fortificada, genera que las pequeñas cantidades disponibles de B12 se agoten rápidamente, la metionina
restante sea derivada para la síntesis proteica y, de esta
forma, comience a alterarse la síntesis de mielina que
conduce al desarrollo de los síntomas neurológicos7,8.
Además, en varias oportunidades, la anemia macrocítica aparece de forma tardía, enmascarada por el aporte
de ácido fólico y dificulta el diagnóstico9-11.
En la práctica clínica no es habitual pensar en el
déficit de B12 en aquellos pacientes con alimentación omnívora y es por ello que los diagnósticos se
realizan de forma tardía y muchas veces con consecuencias irreversibles.
El objetivo de este trabajo es actualizar la información disponible sobre la deficiencia de vitamina
B12 en población vulnerable con el fin de resaltar
la importancia del tema para realizar un diagnóstico
temprano y un tratamiento oportuno.
Fuentes
La síntesis de cobalaminas sucede únicamente en
algunas bacterias, en el intestino distal de los animales12. Pero, al ser absorbidas en el íleon, casi el 100%
de la vitamina es eliminada con la materia fecal. Los
seres humanos y los animales omnívoros las reciben
únicamente a través de la cadena alimentaria13,14. Los
rumiantes son los únicos animales que no necesitan
ingerir B12 con la dieta, puesto que las bacterias que
la producen se encuentran antes del punto de absorción de la misma12.
Los alimentos ricos en B12 (>10 µg/100 g) son las
vísceras, almejas y ostras. Los que tienen cantidades
moderadas (3-10 µg/100 g) son la leche en polvo, pescados (salmón, sardina, trucha) y mariscos. En las carnes
rojas y blancas, otros pescados como el atún, merluza
y los quesos fermentados, existe discreta cantidad de
B12 (1-3 µg/100 g). Por otra parte, los lácteos líquidos y
quesos cremosos tienen menos de 1 µg/100 g17.
Su biodisponibilidad depende del nivel de ingesta y disminuye al aumentar la dosis. Las tasas de
absorción aproximada para una ingesta de 1, 5, 10
y 20 µg son del 50, 20, 10 y 5% respectivamente2.
Además de la dosis, la fuente también determina la
tasa de absorción.
Cuando se consume cordero, por ejemplo, el mismo contiene aproximadamente 2,6 µg cada 100 g y
su absorción es del 60% aproximadamente, al igual
que el pollo2. La trucha, en cambio, contiene 4,9 µg
cada 100 g y la tasa de absorción es del 42%. La
leche de vaca contiene 0,4 µg cada 100 g, pero se
ha determinado una absorción del 65%. La tasa de
absorción de los huevos, con un contenido medio de
B12 de 1,3 µg cada 100 g, es entre 9-24%14.
Con la información de ocho estudios sobre la biodisponibilidad de la vitamina, Ströhle et al. sostienen
que, con una dieta occidental mixta donde se consumen en promedio 1,2 µg de B12 por comida, la biodisponibilidad sería del 37%, lo que aportaría 0,44 µg13.
Requerimientos
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), basada
en las recomendaciones del Institute of Medicine de
Estados Unidos, establece un requerimiento diario
de B12 que ronda en los 2 µg, con variaciones según
edad y situación clínica, con un mínimo de 0,4 µg
en los primeros 6 meses de vida y un máximo de
2,8 µg durante la lactancia (Anexo 1)2,15. Estos requerimientos se basan en la cantidad de B12 necesaria para mantener los parámetros hematológicos
y los valores séricos de B12 total dentro de límites
normales, asumiendo una absorción de aproximadamente el 50%.
En 2019, en la revisión de las D-A-CH-Reference
Values, se planteó como recomendación un aporte
diario de B12 más elevado13. Esta discusión surgió de
la premisa que el dosaje de B12 total y la alteración
hematológica no son parámetros sensibles del déficit
de B12 (hipótesis que se discute más adelante en la
sección "Diagnóstico"), por lo que sus recomendaciones se basaron en estudios que utilizaron a la holotranscobalamina como método diagnóstico, siendo
éste un marcador más sensible del déficit de B1216,17.
En base a estos estudios, es que las guías de Ströhle
et al. sugirieron un aporte de B12 que ronda los
4,0 µg/día, con un mínimo de 0,5 µg/día para los menores de 4 meses y un máximo de 4,5 µg/día para las
embarazadas y de 5,5 µg/día para las madres durante la lactancia13.
En la práctica clínica se utilizan ambas recomendaciones, sin embargo, la más difundida es la recomendación del Institute of Medicine de los Estados Unidos.
Función
La B12, como metilcobalamina, es cofactor de
la metionina-sintetasa, que a nivel citosólico, convierte la homocisteína en metionina usando al N5-
metiltetrahidrofolato (N5-metilTHF) como donante
de grupos metilo1.
La metionina es precursora de la SAM, molécula
necesaria para el mantenimiento de la mielina. Es por
ello que, ante el déficit de B12, se genera desmielinización y polineuropatía periférica. La SAM también
está implicada en la formación de creatina, fuente
de reserva energética muscular, y es la responsable
de los movimientos mioclónicos que aparecen en pacientes con déficit de B121. Por otro lado, se genera
hiperhomocisteínemia, que se ha relacionado con
enfermedades degenerativas y neurotoxicidad1,18.
Ante el déficit de B12 se produce también una disminución del tetrahidrofolato, cofactor fundamental
en la síntesis de ADN, con lo que aparece la anemia
megaloblástica característica.
La B12, como 5-desoxiadenosilcobalamina, interviene en la isomerización del metilmalonil-CoA
a succinil-CoA, al funcionar como coenzima de la
metilmalonil-CoA mutasa19. El déficit de B12 genera
déficit energético al inhibir el ciclo de Krebs y acidosis
metabólica por la elevación del ácido metilmalónico.
La deficiencia de succinil-CoA produce aumento de
la glicina y déficit de las proteínas como la hemoglobina, mioglobina y enzimas del citocromo. La síntesis deficiente de hemoglobina provoca anemia, con
la consiguiente alteración en la oxigenación de los
tejidos, y colabora con el retardo de crecimiento.
Deficiencia
Diagnóstico
En un principio el déficit de B12 se caracterizaba
por la anemia megaloblástica, por lo cual el hemograma era el marcador. Con el tiempo se demostró
que la clínica era variable y que los síntomas neurológicos aparecían sin anemia24. Es por ello que
actualmente se proponen otros marcadores ante la
sospecha de déficit, como el dosaje de B12 total, de
holotranscobalamina (o B12 activa), de ácido metilmalónico y de homocisteína25.
El dosaje de B12 total suele ser el más utilizado.
Presenta una sensibilidad del 65-95%. Refleja la B12
unida a la haptocorrina y transcobalamina. Este valor
no es representativo de la reserva de B12, dado que
aproximadamente el 60% del material unido a la haptocorrina corresponde a análogos inactivos de cobalamina12. Además, su valor puede influenciarse por la
concentración de sus dos proteínas transportadoras.
Por ejemplo, se observan niveles elevados en las enfermedades hepáticas y mieloproliferativas, como la
leucemia mieloide crónica25. Según la Organización
Mundial de la Salud (OMS), se define déficit de B12
con valores inferiores a 148 pmol/l (Anexo 2)12. La SAP
sugiere mantener valores mayores a 360 pmol/l15.
El dosaje de ácido metilmalónico tiene una sensibilidad del 96,4% en plasma y del 95,4% a nivel urinario, con un valor predictivo positivo del 96,2 y 96,9%
respectivamente, por lo cual suele ser el más recomendado para diagnosticar déficit de B1226,27. Se define
déficit de B12 con valores mayores a 370 nmol/l. Sin
embargo, está descripto que personas que presentan
polimorfismos en la expresión de la enzima hidroxi-isobutiril-CoA hidrolasa (HIBCH) podrían tener valores
de ácido metilmalónico un 46% más elevados que la
población general, aunque no está determinada su
frecuencia en la población general27. Su valor puede
alterarse ante insuficiencia renal, hipovolemia y enfermedades neurodegenerativas.
El dosaje de homocisteína sérica tiene una sensibilidad del 88% y un valor predictivo positivo del
86%13,26. Se define déficit de B12 con valores de
homocisteína mayores o iguales a 6,5 μmol/l28. Su
valor se altera ante déficit de folato, B2, B6, insuficiencia renal, hipovolemia, hipotiroidismo, enfermedades neurodegenerativas, patologías malignas
y algunos fármacos (metotrexato, teofilina, fenitoí-
na). El método de recolección de la muestra sanguí-
nea y la falta de rapidez en la separación del plasma
también podrían afectar los niveles de homocisteína
y aumentarlos hasta un 10%/hora29.
Actualmente comenzó a implementarse el dosaje de holotranscobalamina. La misma representa
la porción activa de la B12 y es un marcador más
sensible de la vitamina disponible para la utilización
celular. Una concentración de holotranscobalamina
sérica entre 40 y 100 pmol/l podría ser el objetivo
para definir B12 suficiente en adultos30. La SAP recomienda valores mayores a 45 pmol/l15.
Por otro lado, la espectrometría de masa realizada en el screening neonatal ampliado detecta
la deficiencia de B12 a través del incremento de la
propionilcarnitina (C3), que aumenta por el exceso de propionil Coa, secundario al déficit de B1231.
Aunque, según la causa, la propionilcarnitina podría
no estar elevada al momento del nacimiento, por lo
cual su sensibilidad es baja32.
La mayoría de los estudios coincide en que para
realizar un diagnóstico de déficit de B12 se requiere
efectuar más de una determinación25,26,30,33,34. Schedvin et al. recomendaron realizar como primera lí-
nea diagnóstica un dosaje de homocisteína y, ante
valores alterados, efectuar una segunda prueba
para diferenciar déficit de B12 y de ácido fólico35.
Herrmann y Obeid propusieron el dosaje de holotranscobalamina como primera línea diagnóstica,
y a los pacientes con dosajes entre 23 y 75 μmol/l
realizarles dosaje de ácido metilmalónico para confirmar el diagnóstico. En este estudio se demostró
que la holotranscobalamina presentaba mayor sensibilidad y lograba evidenciar el déficit de B12 de
forma más temprana que el dosaje de B12 total30.
Prevalencia
Según la OMS, en 2005, el déficit de B12, definido como dosaje de B12 menor a 148 pmol/l, era
cercano al 50% en países como India, y entre el 5 y
30% en el resto del mundo1. En población de riesgo, como las embarazadas y niños, la prevalencia
de déficit de B12 es aún mayor20. En una revisión
que incluyó 11.381 embarazadas, se evidenció una
prevalencia del 27,5% de deficiencia y un 60% de
insuficiencia. En esa misma revisión se evaluaron
22.331 niños, de los cuales el 12,5% presentaba
deficiencia y el 29% insuficiencia para valores menores a 148 pmol/L y 220 pmol/L respectivamente12.
A nivel nacional, en 2005, se realizó la primera
Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS 1)6.
Según los resultados, se estimó que el 4,7% de los
menores de 23 meses y el 3,4% de los niños entre
2 y 5 años tenían una ingesta de B12 por debajo del
requerimiento diario. En el grupo de mujeres de 10
a 49 años se observó que el 3,4% presentaba dosaje de B12 inferiores a 150 pmol/l y el 11,9% inferiores a 200 pmol/l. En el grupo de embarazadas, el
18,2% presentaba déficit y el 30,9% insuficiencia.
Los datos de nuestro país evidencian una alta prevalencia de déficit de B12 en la población general,
a pesar de presentar una dieta omnívora, especialmente en los grupos de riesgo, como los niños y
las embarazadas, con una fuerte asociación con la
pobreza6. No hay estudios transversales realizados
posteriores al ENNyS 1, donde se haya medido el dé-
ficit de B12 en Argentina, sin embargo, no existen
indicios socioeconómicos que evidencien que esta
situación haya mejorado.
Causas y factores de riesgo
En los países desarrollados, los pacientes con
más riesgo de presentar déficit de B12 son los adultos mayores de 65 años con una prevalencia de entre el 10-15%, y de hasta 23-35% en los mayores
de 80 años debido a alteraciones en la absorción.
Los veganos/vegetarianos, los pacientes con anemia perniciosa, con cirugías gástricas o resecciones
intestinales son otros de los grupos de riesgo. Sin
embargo, en los países subdesarrollados el déficit
de B12 se debe en mayor medida al difícil acceso a
los alimentos de origen animal sumado a las infecciones gastrointestinales11,21.
Otras de las causas descriptas son la insuficiencia
pancreática, enfermedades malabsortivas, con afectación de la mucosa ileal, como la celiaquía, los errores congénitos del metabolismo y fármacos como
la colestiramina, metformia y los inhibidores de la
bomba de protones1,22.
Los niños y adolescentes tienen mayor riesgo de
déficit por el aumento de los requerimientos secundarios al crecimiento acelerado, así como también
las embarazadas. Los niños nacidos de madres que
tenían depósitos de B12 normales, nacen con aproximadamente 25 µg de B12 como reserva corporal. Los mismos son suficientes para que el neonato
mantenga valores normales hasta los 3-6 meses de
vida. Es por ello que la lactancia materna exclusiva
prolongada es otro factor de riesgo19.
En Argentina la causa más común de déficit de B12
en niños es el aporte insuficiente, ya sea por dieta deficitaria o por ser hijos de madres con déficit de B1223.
Síntomas y complicaciones
El déficit de B12 tiene una presentación clásica
con anemia megaloblástica y compromiso neuroló-
gico36. En los últimos años, el espectro de síntomas
se ha ampliado y se agregaron: falla del crecimiento,
apatía, anorexia, disfunción gastrointestinal con vó-
mitos o rechazo de los alimentos sólidos, dificultades en la succión, glositis, malabsorción, infertilidad
e hiperpigmentación cutánea9. Se ha descrito un
síndrome, conocido como "síndrome de temblores
infantiles" (infant tremor syndrome), caracterizado
por movimientos atípicos, palidez, hiperpigmentación de la piel, regresión de pautas madurativas e
hipotonía en niños de entre 6 y 18 meses, sin bajo
peso. Los movimientos suelen ser una combinación
de temblores gruesos y mioclonías que característicamente desaparecen con el sueño y suelen tener
electroencefalograma normal37. Dentro de las posibles causas de este síndrome, la más validada hasta
el momento es el déficit de B1238-42.
Con respecto al compromiso hematológico, además de la anemia macrocítica, puede observarse
aplasia medular y pancitopenia43; menos frecuentemente se han descripto casos de pseudo microangiopatía trombótica, con síntomas similares al síndrome
urémico hemolítico44.
Los síntomas neurológicos son secundarios a desmielinización, con polineuropatía axonal degenerativa9. Se ha descripto hipotonía, hiperreflexia, parálisis,
mioclonías, movimientos coreoatetósicos, alteraciones de la marcha y del equilibrio45. También se observó irritabilidad, trastornos psiquiátricos, pérdida de
la visión y alteraciones del neurodesarrollo46. Existen
además reportes que asocian al déficit de B12 como
una causa de epilepsia9,47.
Asimismo se relacionó el déficit de B12 con abortos espontáneos48, nacimientos pretérmino, bajo
peso al nacer49 y retardo en el crecimiento intrauterino48-50. Hay estudios que muestran que los recién nacidos de madres con déficit de B12 tienen un riesgo
cinco veces mayor de presentar defectos en el cierre
del tubo neural31,51.
Por otro lado, la B12 es importante en la síntesis
de catecolaminas. Su deficiencia produce disfunción
autonómica y afecta la regulación simpática de la presión arterial. En base a esto, es que se sugirió que el
déficit de B12 se relaciona con algunos tipos de síncope y al síndrome de taquicardia ortostática postural52.
También se ha investigado el rol de la hiperhomocisteinemia secundaria al déficit de B12 en la salud cardiovascular. En un ensayo clínico en Nigeria
se observó que el espesor de la íntima carotídea aumentaba 0,01 mm por cada 1 punto que aumentaba la homocisteína en pacientes con déficit de B1253.
Menos conocidas son las manifestaciones dermatológicas del déficit de B12, aunque suelen ser
un signo frecuente54. La hiperpigmentación en el
dorso de manos y pies, con mayor intensidad en las
uniones interfalángicas, "hiperpigmentación de los
nudillos", es la más reportada55.
Tratamiento
Existen dos preparados sintéticos de la B12: la cianocobalamina y la hidroxicobalamina. La cianocobalamina es la más utilizada por ser más estable. Sin embargo, requiere su transformación a hidroxicobalamina
para ser biológicamente activa y es por esto que, en
pacientes con errores congénitos del metabolismo de
la B12, en los que pueda existir algún defecto en esta
conversión, la hidroxicobalamina es la elección14.
La cianocobalamina puede administrarse por vía
oral, intramuscular o subcutánea profunda. Varios
estudios demostraron que tanto la vía oral como la
intramuscular tienen igual efectividad en pacientes
sin malabsorción28,56-59. Además, se detectó que
ante dosis suprafisiológicas, 1.000 µg, se logra una
absorción eficiente, aún en ausencia de factor intrínseco o cuadros malabsortivos leves. En 2011, se
postuló el uso del test CobaSorb para determinar
qué pacientes responderían al tratamiento vía oral y
cuáles requerirían intramuscular60.
No se recomienda la administración por vía intravenosa porque existe riesgo de reacciones anafilácticas, aunque en casos excepcionales podría
prescribirse. Es recomendable administrar una dosis
de prueba intradérmica previa a la administración
endovenosa para evaluar tolerancia61.
En los pacientes que presenten anemia, debe controlarse el valor de potasio sérico durante las primeras
48 h del tratamiento, dado que en casos excepcionales puede producirse una hipopotasemia severa62.
De una dosis de 3, 10, 40 y 1000 µg de B12
que se administren de forma intramuscular, se almacenarán en el organismo un 100, 97, 93 y 15%
respectivamente. Si se administraran mensualmente
1.000 µg de forma intramuscular, los 150 µg retenidos permanecerían un mes en el organismo. A diferencia de esto, se ha demostrado que de una toma
de 10, 50, 500 y 1.000 µg vía oral se absorben entre
el 16, 3, 2 y 1,3%63.
Hay varios esquemas de tratamiento63. La SAP15
propone una dosis según edad y una duración según el valor de B12 total (Anexo 3).
En el trabajo realizado por Nucifora et al., se recomienda utilizar la vía oral para la deficiencia nutricional con dosis de 1.000 μg/día. En pacientes con
compromiso neurológico o malabsorción, se sugiere
la vía intramuscular con dosis 30-50 μg/día por dos
a tres semanas, con una dosis posterior de 100 μg
de forma mensual62.
En pacientes con déficit de B12 por deficiencia
materna se realizará tratamiento hasta la recuperación clínica con control de los niveles de B12. En los
trastornos adquiridos, la duración del tratamiento
guardará relación con la evolución de la enfermedad de base.
Por otro lado, en las guías de la Sociedad Espa-
ñola de Pediatría se recomienda administrar 1.000
μg/día durante siete días, seguidos de 1.000 μg semana durante un mes64,65.
De los tratamientos evaluados, la mayoría acuerda en realizar entre siete a 10 días de tratamiento a
altas dosis, 1 mg de B12, ya sea intramuscular o vía
oral, seguido de tres a 11 semanas de tratamiento
semanal y podría requerir continuar con una dosis
mensual. De esta forma se rellenarían los depósitos
hepáticos en las dos primeras fases del tratamiento
(diario y semanal) y se evitaría una nueva depleción
con el tratamiento de mantenimiento (mensual).
Una vez iniciado el tratamiento, los reticulocitos suelen aumentar al quinto día y la anemia suele resolverse entre la cuarta y sexta semana. Con
respecto a los síntomas neurológicos, las primeras
respuestas se constatan a las 48 h, pero la recuperación total puede llevar semanas o meses según la
severidad del compromiso, y algunas manifestaciones pueden dejar secuelas irreversibles62.
La cianocobalamina suele ser bien tolerada, pero
hay reportes de pacientes que presentaron parestesias en la primera semana del tratamiento o movimientos paroxísticos, principalmente temblores42. La
duración y la severidad de la clínica neurológica previa al tratamiento suele ser predictora de dichos síntomas. Existen publicaciones que relacionan estos
movimientos con un desequilibrio metabólico transitorio repentino en la vía cobalamina-ácido fólico
ante el aumento de cobalamina39. Otros explican que
podría deberse a la hiperglicinemia que actúa sobre
los receptores NMDA (ácido N-metil-D-aspártico) a
nivel central o a la supersensibilidad a la denervación
y un desequilibrio de la actividad excitadora-inhibidora66. Dichos movimientos desaparecen espontáneamente en tres a seis semanas, pero algunos pacientes
necesitaron clonazepam para el manejo clínico de
los mismos67. Además, existen reportes de temblores que se relacionaron con los excipientes presentes
en las ampollas para administración parenteral como
el alcohol bencílico, que puede ocasionar reacciones
alérgicas en pacientes susceptibles64.
Suplementación
En la población general, la recomendación es el
consumo de alimentos que contengan 1 µg, tres veces al día12.
Para los pacientes que siguen dietas veganas y
vegetarianas se ha evaluado la suplementación con
algas (Nori o Spirulina), productos de soja fermentados como el tempeh y el miso, y probióticos, pero
se ha concluido que no son adecuados68-71. En este
tipo de dietas se recomienda la suplementación con
B12, con dosis entre 5 y 50 µg/día según edad15.
Otra población con riesgo de déficit de B12 la
constituyen las mujeres embarazadas, ya que se ha
demostrado que la concentración de la B12 presenta una disminución fisiológica del 70-75% alrededor de la semana 20 de embarazo. Teniendo
en cuenta este fenómeno es que se estableció que
las embarazadas que comienzan su embarazo con
un dosaje de B12 total menor a 250 pmol/l, presentan mayor riesgo de déficit69 y algunos autores
recomiendan buscar valores mayores a 300 pmol/l al
comienzo del embarazo para evitar la insuficiencia e
indicar suplementación a las mujeres que presenten
valores límites72.
Países con alta prevalencia de desnutrición infantil y déficit de B12 optaron por la fortificación de
los alimentos con micronutrientes en polvo, como
Colombia, basados en las recomendaciones de la
OMS33,73,74. Otros estudios propusieron la fortificación de la harina con B1275-77.
CONCLUSIONES
El déficit de B12 es un problema de salud pú-
blica en Argentina, con una alta prevalencia en la
población de riesgo, como las embarazas y niños
en situación social vulnerable, aunque mantengan
una dieta omnívora. Existe amplia evidencia de que
la B12 cumple un rol esencial en el crecimiento y el
neurodesarrollo, y que las consecuencias de su déficit son devastadoras.
Es de vital importancia que el pediatra conozca las
diferentes formas de presentación del déficit de vitamina B12 y principalmente que se considere como
diagnóstico diferencial ante niños con alteraciones
neurológicas, aún en ausencia de anemia para, de
esta forma, lograr intervenciones tempranas que eviten o disminuyan el impacto de la enfermedad.
Si bien la prevalencia de déficit de B12 en Argentina es menor que la descripta en otros trabajos con
poblaciones similares, la situación económica, social
y por ende también nutricional, ha sufrido grandes
cambios en los últimos años, por lo cual podría estimarse un mayor impacto de la enfermedad. Es de
vital importancia, entonces, relevar datos actualizados de prevalencia de déficit en el país, como así
también implementar intervenciones terapéuticas y
de políticas públicas preventivas.
Conflictos de interés: las autoras declaran que
no existen conflictos de interés.
REFERENCIAS
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Anexo 1: Requerimiento diario de B12 para niños |
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Tabla adaptada de: Rodríguez-Arranz C.
Dietas vegetarianas en la infancia. Pediatrika 2002; 22:38-43. |
Anexo 2: Valores normales de los distintos marcadores en edad pediátrica, según edad |
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Nota: para convertir de pg/ml a pmol/L, multiplicar por 0,7378.
Rev Ped Elec 2005; vol 2.
AMM: ácido metilmalónico |
Anexo 3: Tabla comparativa de los diferentes tratamientos |
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